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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
aguardo que la prudente consideracian de V. E. nos dé los arbítrios mas opor-
tunos, con que dichos naturales queden precaucionados de escrúpulos.
Tampoco puedo menos que exponer á la celosa integridad de V. E., que
dicho mi hermano jamás había intentado perjudicar ni agraviar á los españo-
les criollos en cosa alguna, segun se reconoce y sabe proponer primeramente
y ante todas cosas. Y si ha habido incendios de casas, muertes de familias y
algunos desórdenes de los naturales, aparece haber sucedido esto en algunas
partes, por haber experimentado ellos los mismos perjuicios por parte de los
españoles, tanto en las personas, mugeres e hijos, cuanto en todo género de
bienes, que los exterminaron unidos con los corregidores, aduaneros y chape-
tones y otras personas contra quien se habia librado la real cédula de S. M. el
Señor D. Carlos III, que notoriamente se sabe, y se hizo constante por las mis-
mas cartas escritas por D. Antonio de Arriaga, corregidor, con quien primero
se habia hecho la justicia ordenada por S. M.
Y volviendo al punto de corregidores y sus reparos, debo esponer que
los curas, y demas eclesiásticos, no quedaban exentos de este gravamen, pues
eran de los primeros por evitar la indignacion y enemiga que los susodichos
llegaban á profesar á los que no los tomaban, tratando de vengarse en todo el
tiempo de su gobierno, por cuantos modos y arbítrios les dictaba la ambición.
Y de las mulas que se repartian en estas provincias á razon de ellos mismos, se
servian debalde regularmente; y si alguna vez pagaban fletes á viages distantes,
sucedia que correspondiendo v. g. 200 pesos por una piara de cargas de estos
patages á Potosi, satisfacian mucho menos, de lo que lo mas entraba á cuen-
ta de repartos: con circunstancia de que las cargas se componian de muchos
arrieros, y no negando estos dentro del término de un mes que se daba de
plazo, por falta de ganados ó escasez de pastos desfalcaban los fletes, y aprisio-
naban á los arrieros: y lo propio hacian los paisanos y demas personas que de
los mismos corregidores se valian para conseguir dichos fleteros, quienes iban
padeciendo muchas fatigas y agravios en los caminos, especialmente en los lu-
gares del Cuzco y tránsitos de sus obrages, cuales son Parupugio, Pichuychuro
y Taray, cuyos presos, porque no se les daba su salarios, se mantenian robando
de todos los viageros que lo permitian sus dueños, por lo que se quemaron sus
oficinail, y quedaron sin permanencia alguna.
Ellos querian debalde todos servicios, y nunca hacian alguno al Rey
que no fuese por salario, que muchas veces lo tomaban doblado; como sucedia
en razon de tributos. que percibiendo el cuatro por dento por sus individuos,
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