Page 320 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
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Volumen 4
Conclusión de la rebelión
casas y pueblos que quedaban casi deciertos, y por que los de Paruro que eran
500 y debian haberse retirado a sus labores solo esperaban concluir la expedi-
ción para retirarse a su provincia; y los indios aunque de algo sirven, no deben
contarse en el número de soldados para operar con ellos contra los enemigos.
I si el estado que se pasó al Exmo. Virrey se hubiera formado de buena fé y
no con maliciosos artificios para procurar al público se hubiera hecho la dis-
tinción correspondiente de tropa permanente y de las que accidentalmente y
por poco tiempo mantenia el Rey probandose la verdad de lo expuesto en el
Estado que el mismo Comisario de Guerra me ha pasado, en que consta que
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en la guarnición de esa ciudad, puesto de Tinta, Quiquijana, Urcos, Caycay,
Ochumaca, Taray, Calca y Tambo solo existen al sueldo 1.473 hombres, núme-
ro sumamente corto aun para sola la guarnición de esta capital el qual original
esta en poder de su Exa.
Mandome el Exmo. Sor, Virrey volviese a juntar ejercito y pasase con
el a repoblar a Puno, y no viniendo otra parte de donde reclutarlo mas que de
las inmediatas provincias escribí a los Corregidores de Abancay, Andahuaylas,
Cotabambas y Paruro para que cada uno me enviase un numero proporcio-
nado. Pero aunque repetí los oficios, todos se disculpaban alegando no poder
verificarlo por varios razones, como las en que el sueldo era tan corto que
no les alcanzaba para poder dejar algun socorro a su familia que quedaban
absolutamente expuestas a un perecer por su falta sino también por que sus
chacras en su ausencia no tenian quien las cultivasen por no haberse satisfe-
cho las mulas que perdieron en la pasada campaña por la mala asistencia, etc.,
y solo el de Paruro y Cotabambas ofrecieron algun corto número.
No es difícil demostrar el verdadero origen del tedio con que los pro-
vincianos miran el servicio militar. Oyen en sus provincias a sus compañeros
desertados del ejercito que en sus conversaciones estan declamando continua-
mente contra las ningunas providencias que hubo en él asi de viveres como de
dineros y hospitales; que les refieren que los bálsamos y espiritus con que se
curaban sus heridas eran orines de cuya verdad son bien testigos la columna
de Cotabambas y Paruro. Esta verdad que oyen atestiguada por tantos como
son los individuos que en cada provincia se hallan de los que han servido en
el ejercito; que estimulo podrá ser para alentar a los que se hallaron en ella?
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6. Véase su copia documento N° 2 al fin de este documento [Nota del autor]
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