Page 321 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 321
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Supongamos que esta especie de gente racional y discursiba atribuyese
las alegadas razones a pretestos con que disculpaban su deserción; pero que
duda les habra quedado, cuando no solo oigan lo mismo a los que constantes
se mantuvieron en el ejercito sino que tambien publican que en su retribución
de sus buenos servicios los molestaron infinito para satisfacerles sus alcances,
y que muchos de ellos prefirieron el irse a cuidar de sus casas y familias al in-
teres de haber que alcanzaban?
Otro motivo del general disgusto en los hombres de honor, y en otros
buenos basallos celosos del servicio de su Majestad es el que a los que van
de Comandantes de expediciones cuando a su regreso entregan las cuentas
del dinero que recibieron para sus tropas se les molesta en el ajuste de ellas y
satisfacción de los alcances que hace la tropa lo que no hay ejemplar alguno
que haya regresado de expedición sin haber considerables alcances a la Real
Hacienda (sin embargo de los desertores que siempre tienen), por la excesiva
economía con que se ministran los caudales, desasonando tambien con repa-
ros poco decorosos a los mismos Comandantes; y para prueba, bastaran dos
ejemplares. El uno del Cacique de la Provincia de Paruro don Antonio Egui-
luz, quien despues de haber estado destacado en Calca con 400 hombres de su
provincia por orden del Sor. Visitador General desde el tiempo anterior a mi
regreso del Collao, cuando volvió de la expedición de aquellos Altos alcanzaba
800 pesos suplidos a su gente; y despues de repetidos oficios para que se las
satisfaciesen, dijo el Comisario de Guerra que tenia sospechas de que habia
hecho plazas supuestas, y que necesitaba escribir a Paruro para que su Corre-
gidor, le aclarase las dudas, cuando era mas regular averiguarlo con el Coronel
Figueroa y con don José Varela que iban de Jefes de la columna en que estaba
Eguiluz y su tropa; o con otros que pudieran ser testigos de este honrado y fiel
vasallo, que al principio de la guerra mantuvo a su costa mil hombres, y ha
servido con el mayor honor, perdonó, segun me han dicho los expresados 800
pesos y aun que por su humildad y moderación no me expreso el motivo no
habiendolo perdonado desde el principio pues el por sí solicitó la satisfacción
y despues su apoderado por un memorial que conservo; quien podrá dudar
que buscó este medio termino por libertarse de la calunnia con que le sindi-
caba? De la honradez de este Cacique que es notoria consta al señor Visitador
por informes, al Coronel don Gabriel de Avilez y al Teniente Coronel don Juan
Manuel Campero por experiencia, por el mando que el primero tuvo en esta
320