Page 158 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 4
P. 158
Volumen 4
Conclusión de la rebelión
posible la honra de Dios, ya con amenazas cariñosas, y ya con insinuarles la ira
con que este Soberano Juez los castigaria a vista de que se atreviesen a profanar
sus templos, no hay duda se contuvieron un tanto, para lo que hicieron cierta
pausa y consulta en el cementerio de dicha Yglesia mas a resulta de nuevos
gritos y algazara intentaron bolverse a entrar a executar la Sentencia contra
las cien almas poco mas o menos que se hallaban refugiadas, lo que contuvo
un Yndio JULIAN TICUNA (quien ya era Capitan puesto por el referido Rey
Fiscal) pero con el malvado intento de que a mi, y los demas refugiados se nos
encerrasen en la Yglesia, que alli pereciesemos abrasados, para lo que irremi-
siblemente iban a incendiarla.
En vista pues de tan crueles resoluciones, y de que los conspirados
Enemigos instaban mas de fisico profanar el templo de la Deidad de Nuestro
Dios y Señor, no tuvimos los principales refugiados otro mayor auxilio, ni otra
resignacion que la de cada qual tomar en la mano un Cruxifixo, una Cruz, o
la insignia que se podia de Christiano, y salir con impetuoso fervor de contri-
cion fuera de aquel Sagrado a el destino de cumplir el sacrificio, y martyrio tan
no imaginado: cuyo tan humilde y reverente acto no causó poco alivio a mis
tribulaciones, mucho mas en las circunstancias de que aun no bien llegasemos
a el Patibulo o lugar del Cabildo, quando fueron arrebatados los hombres Es-
pañoles de los Yndios, y las mugeres Españolas de las Yndias sin que huviese
poder ni razon que contuviese tan barbara execucion hasta en las criaturas:
haviendose formado en aquel teatro un funestisimo lago de sangre que al fin
fue vertida de dichas poco mas o menos cien almas entre vecinos de ambos
sexos, niños, y Novenantes que iban y venian de aquel Santuario de Copaca-
vana y tambien de algunos Yndios que eran Cobradores, o dependientes del
Corregidor, y parece no quisieron unirse a las intenciones de dichos Yndios
alzados: a quienes propuse lamentandome, se sirviesen abrirme una Sepultura
para enterrar aquel numero de cuerpos a que increparon no hiciese tal absur-
do, pues era orden expresa del Ynga Rey, el que fuesen precisamente botados
en los campos, atento a que eran todos los Españoles unos Excomulgados, y
tambien unos demonios, de suerte que el privilegio de sepultura Eclesiastica
solamente ellos la gozaban, por la que echaron mano de dichos Cuerpos, y los
arrastraron a los extramuros de dicho Pueblo: siendo cierto que insaciables
y hechos Lobos Carniceros se compartieron a las Estancias de aquel Distrito
en seguimiento de hacer el mismo sacrificio con quanta especie de Españoles
encontrasen lo que no hay duda practicaron, ocurriendo despues a tomar los
157