Page 540 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
para que se libertase del insulto de perder la vida y mientras estaba esperando
el dicho alzado el informe, le propuso éste al expresado Ballina, que siendo
cierto que no era chapetón, lo nombraría de comandante de su ejército, para
que caminase con él a donde fuese menester, y aún le dijo, que lo enviaría a
estas provincias de Lampa, Azángaro, Carabaya, Puno, Chucuito, Laricaja y
otras de este virreinato para conquistarlas; le ofreció por libertar la vida, que
desde luego entraría en ello, y con este motivo lo puso en libertad. Mandán-
dole que viniese prontamente a ayudar a los dos caciques de Lampa y este
dicho Cuquiguanca, a quienes ya había enviado sus órdenes y comisiones para
prender a los Corregidores; embargándoles sus bienes; que no los obedezcan,
ni les den auxilios y que queden estas provincias por suyas; que se valga de la
voz del Rey para todo, diciendo que Su Majestad lo manda así; y que se ponga
horcas en todos los pueblos, y en esta virtud, se vino y llegó hoy día de la fe-
cha y ha dado dichas noticias. Y que si no se ponen estas provincias vecinas,
en estado de defensa las invadieron, atropellaron y redujeron a su alzamiento
y dominio, por la mucha gente que ya tienen a su partido, y seguramente ya
las dos provincias de Tinta y Quispicanche, con todos sus indios, mestizos
y españoles. Y que si no se juntan inmediatamente los indios y españoles de
todas estas provincias, y forman un ejército respetable; y éste se pone, desde
luego, en estos límites con la dicha de Tinta, para contener el que no pasen
de la raya de Vilcanota y aún se le persiga, hasta extinguir el de los dichos
alzados; precisamente considera, que Su Majestad perderá estas provincias y,
de consiguiente, todas las demás de todo el Perú; y cuando se quiera intentar
conquista, no habrá gente, ni dinero para ello y será imposible adelantar nada.
Por tanto, y no teniendo lugar para acompañar testimonio de las diligencias
que hasta ahora he autenticado, y que sólo he podido hacer la relación que vá
referida y a toda prisa; por lo cual, como fiel vasallo de Su Majestad, he resuel-
to hacer aprontar en esta provincia de mi cargo, no solamente el regimiento
de milicias de españoles y gente capaz de tomar las armas, sino dos mil indios
con sus hondas, pagando su prediario por el pronto de la plata, que tenga de
reparto y de tributos; que si la abonase Su Majestad, merecere esta benigni-
dad y si no tuviese por conveniente pasármela, quedaré conforme y tendré la
satisfacción de haber sacrificado, no solamente mi persona, sino mis intereses
por mi Soberano, como así lo debo hacer y lo propio espero que hagan, en esta
ocasión tan crítica, todos los demás señores Corregidores con sus súbditos
que se necesiten, para tomar las armas, que quisiera fuesen en esta ocasión las
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