Page 252 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            dispuso un Altar en donde colocaron una Ymagen de Christo crucificado, y otra
            de Dolores con candeleros y velas que trajeron de la Yglesia, y puesto ya todo en
            orden entró el Rebelde, y suplique de nuevo me libertase la vida pues estaba en
            su mano, haciendole presente el mucho aprecio que de el havia hecho sirviendo-
            le con persona y plata en las ocasiones que me ocupó, y el Rebelde renitente a no
            condescender a mis ruegos, me dixo que aquel orden era del Rey nuestro Señor,
            y que solo se entendia con Corregidores y obrajeros, y que asi no podia otorgar
            mi peticion; pero yo que conocia sus depravadas ideas volbi a insinuarle dicien-
            do sabia muy bien que estaba en su mano otorgarme la vida, o quitarmela; y que
            si lo hacia por las Haciendas y haberes que poseia, que se hiciese dueño de todo,
            pues yo solo queria la vida. A esta ultima suplica condescendio dando orden a
            los Yndios Soldados me pasasen a otro quarto a donde el hijo mayor me quitó
            las esposas quedando bien asegurado con un par de grillos que pesaban mas de
            30 libras, y estos bien remachados, los que al cabo de quatro dias me hicieron
            quitar.
                    Buelto en mi de tan funesto letargo me puse a dar gracias a Dios por
            haberme librado de tan desastrada suerte, quando al momento se apareció de
            nuevo un Clérigo, diciendo tenia orden del Rebelde para confesarme, y con esta
            novedad se me aumentaron las aflicciones hasta que entrando la Muger del Re-
            belde me consoló diciendo no tuviese cuidado pues ya estaba perdonado con el
            cargo que me havia de entrar Religioso luego que se apoderasen de la Ciudad del
            Cuzco, y que tendria su proteccion durante su vida; pero sin embargo de todas
            estas promesas, pase aquella noche en continuos sobresaltos por oir los estrepi-
            tos de los soldados que estaban de guardia del Corregidor.
                    Al dia siguiente por la mañana desde que amaneció hasta las diez del dia
            hizo el Rebelde se juntasen en la Plaza los Provincianos de Tinta Españoles e In-
            dios que pasarian segun computo de 8 a 10,000 hombres, quienes de antemano
            havian venido a dh° Pueblo con Cartas fingidas que a nombre del Corregidor
            les havia escrito: y en todo este espacio de tiempo hizo pregonar en la Plaza para
            que entendiesen todos, como el Rey nuestro Señor le havia dado orden de quitar
            Repartimientos, Obrajes, Alcabalas, Aduanas, Mita de Potosi, y Estanco de Ta-
            bacos, y concluidos los pregones sacaron para el suplicio al Corregidor Arriaga,
            y despues de haverle quitado la vida conoci que el Rebelde y su vil Parentela,
            como todos los que asistieron a tan lamentable estado y espectaculo estaban
            llenos de regocijo; y yo que todavia no me hallaba ni consideraba libre del riesgo,
            y de ver la falta de mi Amigo puede US. contemplar como estaría mi corazón.



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