Page 139 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 139

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            puertas: y ultimamente despues de que varios Curas como sucedió en las las
            acciones de Cotabambas, Yucay, y Cayllabamba se comprometieron para la
            defenza, reportando Victorias con obediencia a los Gefes de aquellas Colum-
            nas: asi despues de todo esto (buelvo a decir) aun se queda manchado el Clero,
            qué merito tendra en la aceptación del Soberano, con tanta fatiga, trabajos, y
            gastos que son pruebas nada equivocas del verdadero celo por los Derechos de
            la Corona? Si el Cuerpo Clerical estuvo con Tupac Amaro, porque razón este
            destruye y aflige a sus Ministros? Si muchos de estos a los mas conforme a las
            ocasiones han hecho servicios señalados al Rey, porque no refundiran su ho-
            nor al Estado? Y si los que representan el Cuerpo han hecho su deber porque
            no se les guardará decoro?
                    No hay mas, Sr. Visitador, que algunos ven atrazados sus designios for-
            mados con arreglo al espacioso Plan de los intereses, y se hallan en otro mun-
            do por el trastorno general que ha experimentado el Reyno, acaso por especial
            providencia de Dios para resucitar a mejor vida y costumbres, a impulso de
            la sabia mano de V. S. que va reformando las cosas en beneficio del Publico, y
            del Real Erario. Por lo demas no me es licito pasar adelante, ni producir mas
            Apologias a favor del Estado Clerical, ni descender a particularidades. V. S. es
            Ministro integro, y nada se le oculta, y por lo que a mi respecta merezco de
            las Divinas misericordias la conformidad Christiana, y es mi animo sufrir sin
            ofender, pues tengo presente la Ley Real que previene no debe ser feridor el
            Prelado.
                    Asi concluyo implorando el auxilio de V. S. y pidiendole por este Ofi-
            cio que para detener el impetu de las voces que han sido materia de esta re-
            presentación se sirva mandar por un Auto que se publique a voz de Pregon,
            no se atrevan en adelante a infamar en conversaciones publicas, o privadas, ni
            en Cartas o Libelos al Estado Eclesiastico, y que los que fueren sabidores del
            Crimen de algun clerigo sobre articulos de sublevacion, pongan la denuncia y
            acusacion en forma ante V. S. que por mi pasare tambien a explicar la Potestad
            Espiritual que tengo, para cortar en virtud de las censuras los abusos que son
            pecados mortales con la circunstancia del escandalo.
                    Creo que V. S. condescendera a mi suplica obrando con la benignidad
            y justicia que acostumbra, dandome licencia para proceder a lo que me obliga
            la Ley. V. S. es un rico deposito de todas las comunes y municipales del Reyno;
            pero se dignara de acceder a mi debil modo de pensar y escribir, permitien-
            dome que trascriba la Real de Partida, en que la Potestad Suprema ordenó la



                                               138
   134   135   136   137   138   139   140   141   142   143   144