Page 353 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
conveniencias, comercios y frutos de que los deben, que son solo los que aquí
llaman del Estado de la Nobleza.
En los referidos documentos y copias hallara Vuestra Excelencia tam-
bien el orden que se ha tomado en las ciudades para cualquiera de estos moti-
nes o amenaza de ellos, cual es el de hacer sus Corregidores Juntas de Guerra,
llamando a Cabildo abierto y publico a todos los proceres que es lo propio
que poner la causa en manos de los malcontentos, como igualmente lo habra
Vuestra Excelencia observado en el motin de Arequipa; y espero que si Su
Majestad lo tiene por convenientes reprenda este estilo, porque para meditar
y disponer el jefe de cada territorio, en casos de esta naturaleza, lo que debe
hacer, no necesita llamar los votos que tal vez son el origen de la inquietud,
como lo señalan las resultas hasta ahora experimentadas; pues vemos que en
Arequipa y en La Paz, el Cabildo, o sus Capitulares y concurrentes han sido los
que han ganado en las resoluciones tomadas levantando la Aduana, y bajan-
do la Alcabala del seis al cuatro por ciento, poniendo su cobro a cargo de los
Oficiales Reales, que es lo mismo que decir en manos que no cuidan sino de
tomar los derechos mal regulados que se quieran satisfacer, por el abandono
con que sirven a esta renta, o por lo poco conocidas que tienen las reglas y
cautelas de su buena Administración, lo que es causa que ahora parezca nove-
dad lo que debiera ser tan antigua como la misma renta y su Administracion.
Otras cosas advertir a Vuestra Excelencia de paso en los mismos do-
cumentos sobre Protector de los Naturales y demás, y aunque mi venida y mi
Comision es para cortarlas, tambien espero que conozca que no es tiempo, y
que solo debe aguardar el oportuno, a fin de que este el mal en otro mejor, y
mas propio de su cara.
Con el numero 9 de los documentos que acompañan a esta carta va por
conclusion la copia del oficio que he creido deber pasar al Reverendo Obispo
del Cuzco, donde se expresa el del Administrador de Alcabalas de Lima, para
que el de aquella ciudad, Don Lucas Garay, se presente a liquidar aquí, con la
mayor prontitud, sus cuentas dejando la Aduana a cargo de los Oficiales Rea-
les por turno mensual, llevando en esto la mira de cortar el amancebamiento
que se anuncia, y que luego no vuelva a seguirla alli; y si me hubiese sido
posible tomar otras semejantes resoluciones con los demas, quedaría aquella
poblacion bien segura, aunque no dudo que lo este, y que prosiga por estar ya
demasiado descubiertos los malignos.
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