Page 349 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            mas o menos, se llava un peso, y respectivamente en otros frutos y efectos segun
            lo que comunmente se expresaba con lamento y exasperacion, sobre que por
            via de Concejo hice varias insinuaciones. Los Ministros se santificaban y todo el
            Pueblo decia lo contrario a lo que ellos exponian, y esta es la verdad.
                    Supuesto lo dicho atiendo a que es continuo el alegato de ser la Provincia
            frontera de los servicios que hace al Rey, con este motivo, y de lo que contribu-
            yen sus minerales; reflexiono tambien que en el dia esta tan dispuesta a infla-
            marse como la materia mas combustible, llevo por otra parte la consideracion a
            que debo promover el aumento de la Real Hacienda y a lo que a esto excitan las
            circunstancias de la guerra y lo demas que Vuestra Señoria enuncia con mucha
            discrecion.
                    Todo me sirve de perplejidad, temor y desconfianza, pareciendome que
            puedo errar por cualquiera rumbo que tome sobre hacer novedad en la exacción
            de mayor a menor, y confieso sencillamente el poco fondo de talentos que me
            asiste para discernir.
                    El amor al Soberano me inclina a aumentar su real haber, la misma cau-
            sa me impele a no dar un dictamen del cual en lugar de aumento se siga dismi-
            nucion por los recelos insinuados. Ignoro si el rigor de derechos aumenta el Real
            Patrimonio o si la libertad en el comercio es mejor medio de acrecencia; solo
            puedo afirmar que toda protección a la mineria y a los Pueblos que la auxilian
            redunda en beneficio del Rey. En este conflicto tengo un gran consuelo que es
            hallar en Vuestra Señoria un distinguido talento, una completa instruccion y un
            celo el mas acreditado; y remitiendome a lo que puedan determinar estas tan
            sobresalientes y conocidas prendas, llevo la seguridad de ver el acierto con que
            proceder a Vuestra Señoria en todo tiempo sin tener en alguno necesidad de oir
            mis rudas expresiones y que unicamente pueden ser tolerables en lo que penda
            de un conocimiento material y práctico como el que llevo explicado en todos los
            puntos que prescribe la orden de Vuestra Señoria.
                    Nuestro Señor guarde la muy distinguida persona de Vuestra Señoria
            los muchos años que deseo.- Pasco y Marzo veinte y dos de mil setecientos
            y ochenta.- Besa la mano de Vuestra Señoría su mas atento y rendido servi-
            dor.- Juan José Abellafuertes.-Muy Ilustre Señor Visitador General Don Jose
            Antonio de Areche.


            (A. G. I., Audiencia de Lima, Legajo 1039).





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