Page 348 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
Antecedentes
(1751) salieron a la inmediacion de nuestros pueblos y habiendose opuesto un
destacamento de sesenta hombres reglados y algunos paisanos lo pusieron en
fuga y desorden. En el de cincuenta y dos (1752) llegaron cerca de Paucartam-
bo, atacaron nuestra tropa que habia de registro y la obligaron a retirarse con
alguna perdida. En el proximo pasado de setenta y nueve (1779) se acercaron
al mismo Pueblo de Paucartambo y robaron algún ganado.
Siempre esta pronta la Provincia a contener las invasiones de estos bar-
baros, y los gobernadores la obligan con muchas pensiones cuando se propor-
cionan entradas a la Montaña de que se les siguen muchos gastos y pérdidas
de bagajes y gente. El año de cuarenta y dos entraron seiscientos hombres que
fueron rechazados con bastante perdida. En el siguiente entraron como tres mil
hombres que igualmente fueron rechazados y ochenta que se mantuvieron en
un fuerte perecieron todos.
A pocos dias salieron seiscientos hombres que igualmente fueron recha-
zados y puestos en fuga. El año de cuarenta y seis (1746) entraron setecientos
hombres que también fueron obligados a la fuga, con bastante perdida de si
mismos y de las armas y de todos los bagajes. El año de cincuenta (1750) salio
mucha gente que asi mismo fue rechazada, y hubo otras salidas de menos con-
sideración como la que hizo Don Pablo Sáenz de Bustamante al primer pueblo
de la Montaña en que fue rechazado con perdida de once hombres, y algunos
heridos, y la que yo hice para reconocer el estado de la tierra y hasta donde lle-
gaban los vecindarios de la gentilidad el año de setenta y cuatro (1774). En la
presente expedicion cuando pase a auxiliar el Destacamento que estaba sitiado,
fueron conmigo ochenta hombres del paisanaje, ocurrieron despues doscientos
sin sueldo alguno.
Toda la Provincia formo cuarteles, voluntariamente, luego que se supo
mi entrada y contribuyen a la empresa proporcionalmente los Pueblos en lo que
se les manda estando gravados en los bagajes y conducciones, por lo que no se
les paga sino a razon de medio real por legua, no obstante los continuos despe-
ños de acemilas que se experimentan; y tambien contribuyen con centinelas en
todos los fuertes y lugares destinados para las avanzadas sin estipendio alguno.
No he sabido que se cobrase el cuatro por ciento de alcabala en pue-
blo alguno de esta jurisdiccion desde que cesaron de administrarla los Oficiales
Reales; pues aunque se dijo que en Tarma no se habia señalado sino el cuatro (es
preciso hablar claro) se cobraba alli y en muchas otras partes mas que el diez y el
doce por ciento, pues por una carga de harina, cuyo precio son seis pesos poco
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