Page 352 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. II
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Volumen 2
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            con gusto, respecto de que se les procura hacer creer que intentó gravarlos, y
            que esta Comision lleva los fines de esclavizar mas que de prosperar.
                    Ellos son disculpables engañados de tales votos, pero los que se los
            dan, o procuran introducir en sus corazones estos malos principios, deben ser
            atrozmente castigados como que fomentan y educan la confederacion sedicio-
            sa que si ahora es amago, despues puede ser de peores resultas.
                    En cuasi todas las poblaciones se conocen y apuntan con el dedo a
            estos malvados, maestros de la iniquidad; pero como el Gobierno esta sobre-
            cogido de una indiscreta blandura, de una inaccion que suponen timida, y
            con todos los demas achaques, que solo se hacen creibles a los que los ven sin
            preocupaciones o desde el punto del cuidado, y dolor que merecen, siguen
            aquéllos su vil costumbre impunemente.
                    Una prueba de todo esto hallara Vuestra Excelencia en cuanto incluye
            la carta del Reverendo Obispo del Cuzco que va con el numero 5, y pues he
            hablado en otras mias cuanto pudiera a vista de sus expresiones; cierro la de
            este particular con decir que tiene Vuestra Excelencia cuasi descubiertos en
            dicha Republica los autores de los pasquines, sentidos a lo que puedo concebir
            de que a Don Isidro Guisasola se le haya separado con justicia de la Adminis-
            tracion de Tabacos y puestose en ella a un sujeto, cuya moderacion alaba el
            propio Reverendo Obispo; y el Corregidor como lo notara Vuestra Excelencia
            en la dicha copia de Carta del primero, y en la del numero 4 de la del segundo.
                    Entre los expresados documentos va tambien la copia con el numero
            3 del recurso hecho por los Indios Caciques de aquellas parroquias al Ayun-
            tamiento en que se quejan de que se tenga recelo de que ellos y los demas na-
            turales puedan estar comprendidos en los alborotos, y suplicando se les ocupe
            en las funciones de guardias y defensas que se practicasen, en que admirara
            Vuestra Excelencia la fidelidad y respeto con que se veneran a nuestro Rey; y
            aun se me asegura que en los dias que anunciaban los pasquines aquellos mo-
            vimientos, se ausentaron los Indios del Pueblo para que no se les achacase una
            acción tan fea y horrorosa, de lo que podrá inferir Vuestra Excelencia como
            se toma por instrumento a su Nacion que es exenta para los motines. Quien
            no paga alcabala, no tiene para qué pretender que se baje del seis al cuatro
            por ciento, o que no se le exija; asi como el que no tiene vajilla, que se quinte
            o diezme; o que no se la cobren los derechos que no ha pagado, ni se pon-
            ga en la ley que prescriben las ordenanzas de este asunto. Y asi es claro, que
            quien quiere que ni estos ni aquellos derechos se paguen, son los que tienen



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