Page 511 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            «contemplando los justísimos motivos que estimulan mi celo (dice) deseoso
            de que no padezcan la menor desfalcación los Dominios de Nuestro Católico
            Monarca, como es de temer, si no se acude con un pronto remedio?».
                    24.-De modo, Señor, que aún habiendo probado, como probó, Arria-
            ga, que este Reverendo Obispo era enemigo del Rey y del Estado con hechos
            y dichos convincentes, le pareció que aún no llenaba sus deberes, sino repre-
            sentaba a vuestros magistrados la urgencia del remedio; por cuyo motivo lo
            repito con tanto encarecimiento. Y no remedio, como quiera, sino el más es-
            pecífico y pronto; porque si no eran temibles las más fatales consecuencias.
            ¿Puede darse pronóstico más cierto ni más anticipado de nuestras desgracias?
            (e) ¿Puede presentarse delación más autorizada, fundada y oportuna? Parece
            que no; porque el delator era un Ministro vuestro, acreditado en ambos mun-
            dos de veraz y fiel servidor de Su Majestad. Los fundamentos no podían ser
            más sólidos; y a mayor abundamiento ofrecía defenderlos con la pluma y con
            la espada. Y que fué bien oportuna lo prueba la fecha.
                    25.-Esta delación se entregó por mí en mano propia al Virrey Don
            Agustín de Jáuregui, en 20 de Agosto, después de haberla manifestado al Vi-
            sitador General, en 14 del mismo mes, según me lo previno el Corregidor; y
            habiendo sucedido la sublevación de Tinta, el 4 de Noviembre, resulta que
            tuvieron dos meses y medio para poder expedir las providencias convenientes
            a cortar en sus principios un mal tan próximo como se anunciaba; con que no
            habiendo librado ninguna, Vuestra Alteza, con su superior penetración, sabrá
            discernir quiénes son responsables de un cargo tan desmedido.
                    26.-Supongamos, Señor, que la denuncia no hubiese sido tan bien
            fundada; que Don Antonio de Arriaga hubiera sido hombre desnudo de re-
            presentación y de crédito; que no hubiese manifestado el suceso cuanto pre-
            dijo; y, supongamos más, que la delación hubiera sido invención de la malicia
            por fines particulares, ¿no es cierto que aún en ese caso hubiera sido muy
            imprudente el desprecio de una noticia tan interesante al Rey y al Estado; pues
            cuanto mayor debe conceptuarse conociendo los Tribunales la integridad del
            acusador que, bajo su firma, ofrecía defender con la pluma y con la espada
            cuantos artículos abrazaba el Informe? Vuestra Alteza graduará la omisión
            mejor que yo.
                    27.-En él apuntó Don Antonio de Arriaga que los maquinadores de la
            primera rebelión de esta Ciudad habían proyectado dar la investidura de Rey
            de estas Provincias al Reverendo Obispo según unos, y según otros a Lorenzo



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