Page 473 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    Pero por si no lo están todos, pues no hay alguno que no parezca dig-
            no de consideración; y porque no he podido lograr mi intención y deseo de
            presentarlos a Vuestra Señoría Ilustrísima, para los fines que llevo insinuados
            a causa de haber estado dos años gravemente enfermo, no he podido aquietar
            mi conciencia, sin venir ahora a poner en manos de Vuestra Señoría Ilustrísi-
            ma lo que entonces escribí y lo que después he añadido; pues de no ejecutarlo
            así, terminaría sin duda los poquísimos días que naturalmente me pueden
            restar de vida con un gran desconsuelo y temor del terrible juicio de Dios. Si
            ya que por su inmensa bondad me ha librado de la muerte a cuyas puertas me
            he hallado innumerables veces en el mar y en la tierra, no viniera a manifes-
            tar a mi Rey y Señor así mi lealtad y amor a su real servicio, como mi reco-
            nocimiento y gratitud a las continuas mercedes, que este su humilde vasallo
            ha merecido de su católica soberana piedad y munificencia, particularmente
            en la última, de haber tenido a bien su real benignidad, a consulta de la Real
            Cámara de Indias, el admitir mi renuncia o dimisión absoluta de la dignidad
            de Deán de la Iglesia de La Paz, mandando juntamente se me tuviera presente
            para una decente congrua eclesiástica en estos sus reinos de España.
                    Estas son las causas que me han movido a venir a poner en la consi-
            deración de Su Majestad, por medio de la religiosidad y superior carácter de
            Vuestra Señoría Ilustrísima, todo lo expuesto en este informe; para que visto,
            examinado, corregido, y reflexionado por la sabia circunspección, discreción y
            alta prudencia de su Real y Supremo Consejo y Cámara de Indias, se remita im-
            preso de orden de Su Majestad, a aquellas provincias de sus dominios de Amé-
            rica, o se tomen sobre su contexto, las providencias que fuesen de real agrado.
            Protestando yo, como protesto, sobre mi fidelidad, conciencia y honor, la verdad
            de todos los pasajes que llevo notados y referidos en este escrito; y suplicando
            con profundo respeto, que en cuanto a los que menciono sucedidos en la Iglesia
            de La Paz, se tome informe de un fidedigno testigo presencial o de vista, que se
            halla actualmente en esta Corte de Madrid, y es don Bartolomé Fabro Palacios, a
            quien acaba de promover Su Majestad de Canónigo de dicha catedral de La Paz,
            a la dignidad primera de la metropolitana de La Plata.
                    Y en cuanto a los desarreglos de ésta, y de la del Tucumán, se solicite
            del citado reverendo Arzobispo actual de aquella metrópoli; y también del
            Obispo de Santa Cruz de la Sierra, don Alejandro Ochoa, que fué canónigo
            doctoral de ella. De estos tres abonadísimos testigos de toda excepción y ca-
            rácter, tengo la mayor confianza de que confirmarán, y depondrán mi verdad;



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