Page 472 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
                                                      Informe sobre las causas de la sublevación de 1781
            ignore hablar corrientemente el idioma índico, de aquel o aquellos pueblos a
            los cuales debe dar el pasto espiritual, pues de lo contrario no se puede veri-
            ficar sino el cimbalum tinniens del Apóstol y no el cumplimiento de las prin-
            cipales obligaciones de los pastores de almas; siendo gravísimo el perjuicio
            espiritual que de ésto se sigue a aquellos naturales, particularmente a los más
            rudos y adheridos a su nativo lenguaje.
                    Y aunque estoy entendido haberse expedido de orden de Su Majes-
            tad Cédula Real dirigida a lo menos al Arzobispado de La Plata, para que a
            los eclesiásticos que sólo sepan el idioma castellano, se les pueda presentar o
            puedan obtener Curatos de indios; siendo constante que dicha real resolución
            es tan prudente y justa, como consiguiente a la que conforme a las Ordenan-
            zas de la Recopilación de Indias, se había expedido y publicado mucho antes,
            sobre que se estableciese y enseñase a todos aquellos naturales la lengua cas-
            tellana, es también evidente que no obsta aquella a la que aquí se propone,
            cuando lo es también no haberse verificado ni tenido el deseado efecto la que
            fué anterior, en casi ningún pueblo; y por esto permanece la necesidad de que
            los curas de indios hayan de saber entender y hablar perfectamente el idioma
            de aquellas doctrinas que hayan de gobernar y regir, hasta que a lo menos
            se verifique la Real mente de que todos aquellos naturales aprendan, sepan,
            entiendan y quieran hablar el castellano; para que todos los vasallos de Su
            Majestad sean labii unius, cuya citada necesidad canoniza como evangélica en
            sus mencionadas instituciones eclesiásticas, dicho sapientísimo Pastor de la
            Universal Iglesia Benedicto XIV.
                    Concluyo, Ilustrísimo y Reverendísimo Señor, con el conocimiento de
            que muchas de estas cosas, que el celo de la honra y gloria de Dios, de la her-
            mosura, decoro y disciplina de su Iglesia, y el amor al real servicio de nuestro
            Soberano, me han ejecutado a manifestar y exponer en este informe, a fin de
            que lleguen estas noticias a su católico y Real Trono por medio de Vuestra
            Señoría Ilustrísima, puede suceder se hallan ya previstas y sabiamente ordena-
            das; porque como han pasado ya tres o cuatro años después que me determiné
            a escribir la mayor parte de ellas; y ha también otros tantos que fué promovido
            al arzobispado de Charcas, el citado, celosísimo, sabio, y ejemplar prelado que
            actualmente le gobierna, y que sin duda habrá procurado remediar muchos
            de los mencionados desarreglos de aquella su grey e Iglesia Metropolitana, me
            persuado pueden estar ya dadas algunas reales providencias por los informes
            de este Prelado y estar puestos en orden muchos puntos de los que he notado.



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