Page 281 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II


                    Alguno que era partidario del sistema de la Razon suficiente, no ha-
            llandola en medio de aquella dulce abundancia, para resolverse mas a una que
            a otra de sus especies, se vio casi en .la situacion de aquel celebre jumentillo
            hambriento de Buridano entre dos hazes de cebada, hasta que la encontro, en
            lo que observó que a otros gustaba. Otro desconfiado de su merito, y no cre-
            yendolo capaz de que le remunerase con tanto exceso, casi se persuadio, a que
            aquella esplendidez ofrecida a su regalo no pasaba de sueño, o de ilusion de
            los sentidos; y como atrincherado en un rigido Pirronismo, habria quedado
            a estomago hueco, sino hubiera deliberado, delirar placidamente, hartandose
            como en sueño. Otro tercero prendado de si mismo y satisfecho de lo que valia
            estuvo a punto de juzgar que todo aquel provocante aparato, se habia costeado
            solo en atención a su benemérita Persona; y a manera de aquel ganso de Mon-
            tagne que entró en el pensamiento de que solo para el se fabrico todo el mun-
            do visible, habría llevado adelante su lisonjera idea, sino hubiera reparado que
            eran otros los que allí embargaban los respetos y preferencias del Banquete.
            Pero dexemos ya la Mesa que nos llaman otras cosas.


                                    Fiestas publicas de la Ciudad


                    La alegria y el gozo que se derraman en los corazones, un suceso no-
            table que a todos interesa, un favor extraordinario que el cielo ó el Soberano
            conceden, un establecimiento ilustre, que contribuya a la fortuna de todos,
            han sido la fuente y principio de las fiestas y celebraciones publicas. No hallan-
            do esta alegria para desahogarse ambito proporcionado en los pechos, brota
            al exterior, se difunde a los semblantes y a los voces. No queda satisfecho con
            explicarse de este modo, y busca en los que participan igual felicidad un mu-
            tuo resalte de regocijos. Conspiran estos a manifestarlo; y sin estrecharse a lo
            que desabrochan en privados coloquios, quieren como de comun concierto
            hazerlo patento al Público en generales esfuerzos. Todo el cuerpo político,
            toda la sociedad haze demostraciones de lo que la prospera; y aun propaga sus
            congratulaciones en los que ó la vecindad, ó la amistad, ó la sangre, ó algunos
            otros vinculos ligan, sino en domicilio, en afectos.
                    Sin hablar de las Fiestas que la Religion consagra, sabemos que no
            hay Sociedad Politica que no las tenga. Judios, Paganos, Turcos, han tenido
            fiestas de publico regocijo: las han tenido, como hemos ya notado, nuestros



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