Page 26 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 26
Volumen 1
Prólogo a la primera edición
Sus aspectos más ostensibles se patentizan en el aspecto económico, a través
de la competencia inglesa y del comercio ilícito.
El absolutismo renovado o progresismo «ilustrado» trae en especial lo
que algunos partidarios de las nuevas ideas hicieron en la Corte de Carlos III,
decisiva etapa que en el Perú tienen como grupo social de iniciación a los crio-
llos y a ciertos peninsulares americanizados de tendencia liberal. Ahora la ten-
sión será entre ultramontanos e ilustrados. Lo que se hizo y sugirió posee un
marcado carácter social, al margen de actitudes políticas todavía prematuras.
Es la clásica insurgencia y predominio de un despotismo ilustrado americano
a través de los virreyes, bajo cuya influencia aparecerán súbitas e inefables ac-
ciones y repercusiones imprevisibles en parte. Pero en su etapa postrera acusa
un sensible decaimiento, aspecto que coincide con el gobierno de Carlos IV.
El constitucionalismo es una etapa caracterizada por un ostensible e
importante cambio de actitud política. La invasión francesa permitió romper
los antiguos diques. En América se produjo un rápido fermento, patentizán-
dose variadas actitudes latentes entre los hombres de sus diferentes castas.
Existía un fidelismo hacia la persona del rey Fernando VII, a la vez que un
aprovechamiento de condiciones históricas que posibilitan trascender el per-
sonalismo absolutista del rey y entrar dentro del campo de garantías públicas
encarnadas en una Constitución.
El historiador español Miguel Artola ha señalado agudamente cómo
en esta etapa, empujados por la esperanza de una concreta reforma políti-
co-social, refluyen como afrancesados muchos sujetos de la casi olvidada ge-
neración ilustrada que colaboró con Carlos III. Áparecen en otro escenario
histórico, a la par que surge una repulsa contra el invasor galo. Se trata de limi-
tar la arbitrariedad tradicional del personalismo absolutista en la vida política
del país. Persiguen, los afrancesados, modificar la vida social en función de su
constante progresismo. El grupo «juntista» tiende a mantener el régimen mo-
nárquico, aunque acercándolo al modelo inglés.
En América, la novísima Constitución de 1812 sólo satisface anhelos
políticos momentáneos. Por otra parte, esta Carta brota como consecuencia
de la promulgación de la Constitución de Bayona (1808). A punto tal que, sin
ésta, no se explica la aparición de aquélla, dada la fuerza del conservadurismo
hispánico.
Nuestro ritmo histórico se había incrementado en forma rápidísima y
rebasará a la nueva Constitución, algo tardía. Lo que pudo ser una solución a
25