Page 30 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Prólogo a la primera edición
Explica su retirada del Cusco, a consecuencia del aviso de sus «Espías y
Centinelas» sobre el avance de improvisadas tropas salidas de La Paz, enviadas
por su Junta de Guerra. Entre irónico y larvadamente desafiante, dice alegrarse
de conocer tales intentos. Aunque para tener éxito frente a sus huestes, las que
avanzaban desde el bastión altoperuano deberían ser muy numerosas. Para
mayor seguridad tendrían que unirse a las de Lima y de la costa. Si se tiene en
cuenta el el número de las tropas tupacamaristas, sus contrarios necesitarían
«reduplicar las armas á las que podrán caber en estos Países». Arguyéndole el
canónigo con adecuado criterio providencialista, sostiene conocer «con indi-
vidualidad que Dios quiere la conservación de mi arreglo, pues qualesquiera
que ha pretendido ir contra mis armas, se ha perdido enteramente, sin poner
de mi parte medio alguno par su efecto». Y tratando de sembrar desconfianza
e inseguridad en su espíritu, agrega que en La Paz «se fían mucho en los de
Lima: yo he estado en esa Audiencia y tengo observado que éstos son buenos
para matar semitas, y engullir mazamorras». Una tropa limeña que salió a lu-
char con sus hombres fue aniquilada. En cambio son peritos «para entretener
un Pleyto o Demanda, y mantenerse de la sangre de los pobres, como á mi me
acontecía, que habiendo regresado para allá, discurriendo alcanzar mi pre-
tención por haver sido justísima con Ynstrumentos evidentes que declaraban
mi Descendencia de los Reyes Ingas de este Reyno, de quienes soy heredero
legítimo y único: y aunque en dicha Audiencia lo conocieron y me tenían por
tal, nunca quisieron declararme enteramente, por no darme lo que me corres-
ponde y se me había señalado por el Monarca». 5
Para remediar tanto abuso, Túpac Amaru se levantó con el fin de «am-
parar á los del Reyno aunque perdiera mil vidas si las tuviera, pues es en ali-
vio del bien común, y en contrario sólo del mal gobierno, expeliendo sólo á
los Corregidores y á todos los Chapetones que quieren ir contra mis sanas
órdenes». Por último, afirma haber remitido un informe al rey Carlos III «re-
presentándole mi designio, y prometiéndole adelantar otro tanto de lo que
daba los ladrones del Reyno» para mantener en paz y tranquilidad al Perú
y eliminar a los nefastos Corregidores. Esta carta señala el motivo principal
de la retirada tupacamarista del Cusco, que coincide con la muerte de Tomás
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4. Crónica de Melchor de Paz, t. I, pp. 330.
5. Crónica de M.P., t. I. pp. 331.
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