Page 25 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
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Entre los gobiernos del Virrey Conde de la Monclova y del libertador
Bolívar (paralelo en parte al del Virrey La Serna), mandatarios de un Perú
políticamente diverso, trascurre un complicado proceso histórico cuyas partes
pueden ser metódicamente señaladas. El lapso borbónico descubre hasta tres
principales etapas de clara diferenciación: I) Absolutista, la más extensa y des-
doblable; II) Constitucionalista, con un posterior retroceso neoabsolutista; y
III) Separatista, caracterizado por su secesión política y continuidad cultural.
Cada etapa reune a un grupo de peruanos representativos aunque, por
lo reducido de su extensión cronológica, los principales personajes del lapso
inicial tengan un papel predominante y vario en los siguientes momentos. Por
otra parte, cada etapa no posee un carácter excluyente, indicando un simple
predominio de ciertas modalidades típicas. La etapa absolutista descubre as-
pectos larvados de un futuro progresismo liberal y, desde la perspectiva his-
pánica, una inquieta previsión del naciente separatismo criollo, aún nebuloso
para este grupo, pero que ya es entrevisto por los peninsulares; mientras en las
posteriores etapas, constitucionalista y separatista, coexisten supervivencias
de estados anteriores, como lo indican las tendencias ultramontanas de nues-
tros constitucionalistas y los conatos monárquico-constitucionalistas entre los
independientes, respectivamente, inefable entrecruzamiento de tendencias
que son un anticipo de nuestra historia republicana, contradictoria y confusa.
Cronológicamente, la etapa absolutista, abraza desde comienzos del
XVIII hasta fines de la primera década del XIX. Está caracterizada por una
tendencia política monárquico-absolutista y por la influencia cultural france-
sa que modifica, de manera lenta pero ininterrumpida, el complejo histórico
peruano y las ideas básicas de sus futuras generaciones en dos partes harto
diferentes: a) un absolutismo tradicional, y b) un absolutismo renovado.
El absolutismo tradicional señala la presencia inicial del lapso afran-
cesado y el habitual reflujo de anteriores etapas ante las diferencias de formas
de vida que trajo la nueva dinastía. Está tipificada por la tensión entre los gru-
pos ultramontano y regalista. Aunque representa una continuidad de la etapa
austríaca anterior, refleja concomitantemente las disposiciones de gobierno
adoptadas con respecto a las Indias Occidentales por Felipe V y Fernando VI.
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