Page 245 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
des de la Santa Hermandad. El Cabildo se compone de los Regidores y Jueces
referidos; se añade un Alferez Real, un Alcalde Provincial, un Depositario, un
Alguacil Mayor, y otros que actuan ciertas Judicaturas que llaman Oficios con-
segiles. La Casa de su Ayuntamiento situada en la Plaza del Regocijo, era mui
hermosa, con Sala para sus Congresos, y con mui comoda habitacion para
los Corregidores, lindas galerias, balconeria y ventanas. En el interior esta la
carcel de la Ciudad con patio espacioso, muchos Calabozos, y una Capilla con
puerta publica en que oyen Misa los Presos y los Capitulares quando se con-
gregan.
La Real Caxa es administrada por dos Ministros que el Rey designa y
paga con copia de otros subalternos. La Aduana es oficina separada, con par-
ticular Administrador y otros Oficiales dependientes. El Estanco de Tabaco se
ha incorporado a esta Casa, con sus respectivos Ministros. La de Correos es
distinta con sus particulares empleados.
La Curia Eclesiastica tiene por Juez al Provisor y Vicario General del
Obispado con Promotor Fiscal, Notario mayor y menores. Tiene Sala particu-
lar con su Archivo de Protocolos, toda mui bien labrada de piedra y bello Por-
tal de arqueria tallada en los lindes del espacioso Cementerio de la Catedral.
Allí se forma ese respetable Tribunal cuyo desempeño es laboriosísimo como
que propaga su jurisdiccion por la vastisima Diocesi y numerosisima Ciudad,
que recurre a sus causas, los Eclesiasticos seculares del Obispado sin dificultad
pasaran de setecientos. Hay Tribunal de la Santa Cruzada con Comisario, Te-
sorero y Receptores. El Santo Oficio de la Inquisicion tiene tambien un Comi-
sario particular para sus causas con los precisos Ministros. Hoy comprehende
el Obispado catorce Provincias de mucha extension; y en ella ciento treinta
y tres Curatos. Entre ellos algunos son de los Regulares. Todos estos Curas
llevan por razon del que llaman Sinodo, y se les paga del Real Erario noventa
mil, doscientos noventa y quatro pesos, por año.
Es la Ciudad de mucha extension; bien tiene media legua de largo de
uno a otro extremo. La dividen tres arroyos, todos con puentes de piedra que
franquean el paso de uno a otro barrio. El principal que es llamado Rio y mu-
chas veces merece el nombre mescla entre sus arenas, menudos granos de oro,
que los muchachos desde bien tiernos aprenden a extraher en ciertos tiempos
del año, y no sin fruto. Este Rio corta la Ciudad en dos partes casi iguales.
Tiene seis firmes puentes de canteria sobre solidos arcos; el uno de tanta ex-
tension y consistencia que se ven situadas sobre el con seguridad y desahogo
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