Page 223 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            portento a que fue preciso cediese la multitud empeñada en sostenerse en su
            antigua posesion, mas que a las debiles armas que entonces oponian los Es-
            pañoles. El apego de estos Idolatras a su antiguo culto y religion, el desprecio
            que hazian de la christiana que se les predicaba; las maximas contrarias a sus
            costumbres que ella proponia; el oír esta doctrina de unas bocas que tanto
            aborrecían, eran invencibles obstaculos para que se dexasen llevar de ilusio-
            nes, sino pasaran de esta clase aquellas Aparicones. El grande juicio de Joseph
            de Acosta tambien las favorece; y asegura las oyo afirmar con quanto vigor
            inspira la verdad a Personas mui fidedignas. El mismo Inca Manco en un ra-
            zonamiento que hizo a sus Tropas al pensar retirarse a Villcabamba, y desistir
            de la grande empresa de demandar el Imperio, confesó, que mas lo movian a
            este desistimiento las marabillas del cielo que los esfuerzos de los Españoles,
            que ya desde luego reconocia flacos si los prodigios no costeasen su fuerza.
                    Otras Apariciones son celebres en la Iglesia, fundadas ó sobre el testi-
            monio de un Escritor coetaneo, como la que se hizo al Beato Simón de Stok;
            ó sobre el documento de una carta escrita por el mismo Santo que la merecio,
            como la de San Raimundo de Peñafort a San Pedro Nolasco, en orden a la
            que estos insignes Santos tuvieron para el noble designio de la fundacion de
            aquel ilustre Orden; ó sobre una tradicion pia, como la que hizo a aquel Ro-
            mano Juan Patricio y a su Muger para la edificacion de aquella gran Basílica
            de Roma. Juan Launoy y Daniel Papebroquio no entran en admitir la primera.
            El Dominico Jacobo Echard no aprueba como genuino documento aquella
            carta en que se funda la segunda; y Adrián Baillet duda de la verdad de aquella
            tradicion, que conserva a la tercera. Sin embargo, las tres tiene Oficio publico
            en la Iglesia que ya por esto parece inclinarse a favorecerlas y a autorizarlas,
            aunque no a canonizar su verdad. La nuestra tiene ya tambien Oficio publico
            concedido por la Sede Apostolica a la Catedral y toda la Diocesi del Cuzco. He
            aqui pues inclinada la Iglesia á patrocinarla.
                    Es estraño que las Ordenes Religiosas que tienen Casas y Conventos
            en el Cuzco, no celebren tambien esta Aparicion con el mismo Oficio; y que
            no se oiga en sus Coros y en sus Iglesias resonar esta festividad. Al igual del
            clero secular participan del beneficio de esta insigne conquista protegida por
            nuestra Señora. Es pues notable que no concurren con el Clero a celebrar tan
            recomendable favor. Debian aun ceder a esta memorable celebridad otros Ofi-
            cios. Aun las demas Iglesias Catedrales ó Metropolitanas del Peru se habian de
            interesar en tenerlo. El beneficio es general; y si en aquella ocasion hubieran



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