Page 141 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            faccion, y se conoció el efecto de esta prevenida órden, pues luégo se fueron
            ejecutando y se condujeron algunos que ya se habian puesto en fuga. Esta
            causa, que se consideró de la mayor gravedad, se confió por el corregidor á
            la direccion, literatura y buen juicio del citado doctor D. Francisco Javier de
            Olleta, y seguida conforme á derecho por todos sus trámites, sin intermision
            de tiempo, pues se constituyó dicho asesor á su agitacion, áun sin reservar las
            noches, desde que aprendió al primer reo Ildefonso del Castillo, como ya se
            ha dicho, la puso en estado, y la sentenció con tanto arreglo y meditacion, que
            remitido el proceso con la sentencia pronunciada al Virey y Real sala del crí-
            men la aprobaron y dieron gracias por la justificacion y celo con que en ella
            procedieron el juez y el asesor, y se mandó ejecutar con siete reos la pena de
            último suplicio, y tres á destierro de los presidios; fué comprendido en la pena
            de muerte el mestizo cacique del pueblo de Pisac de la provincia de Calca, Ber-
            nardo Tambohuacso, que siendo principal cómplice, no se habia conseguido
            su captura, y se verificó despues, cumpliéndose con él la sentencia. Acaeció
            una noche un accidente que puso en cuidado á los comandantes y guardias,
            por una voz que se entendia de que levantados los indios del mismo pueblo de
            Pisac y del de San Salvador, se conducian á esta ciudad á poner en libertad á
            los reos. Fingióse con tal apariencia la noticia, que obligó á usar de la señal de
            cañon de que estaba prevenido el vecindario; y siendo la hora de media noche,
            ocurrió á la plaza tan crecido número de gente, que formadas filas y compa-
            ñías, esperaban la resulta de los exploradores enviados á la observacion para
            operar contra los insurgentes; pero se desvaneció luégo, y sirvió sólo de cali-
            ficar la pronta obediencia de los fieles vasallos de V. M. y que los jueces y jefes
            militares no son perezosos en cumplir sus obligaciones. Todo el tiempo que
            duraron estos cuidados, desde el 16 de Marzo, en que se dió principio á las dis-
            posiciones de guardias, hasta 30 de Junio, dia en que se ejecutó la sentencia de
            los reos, se mantuvieron constantes en la fatiga de las milicias y gran guardia
            de vecinos, particularmente en el último término de los tres dias que estuvie-
            ron en capilla, y llegado el caso dé la ejecucion de la sentencia, que se encargó
            con estrechos órdenes por el Virey al corregidor don Fernando lnclan y al co-
            ronel comandante. Dispuso éste guarnecer la plaza y calles con su regimiento
            de infantería y de caballería al mando de su coronel Marqués de Rocafuerte,
            que vino á este fin de su corregimiento de Urubamba, y formada la tropa en
            el modo más respetable, se ejecutó en los reos el prevenido castigo, observán-
            dose en todo el vecindario noble y popular la más sumisa subordinacion y fiel



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