Page 174 - Padres de la Patria
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MENSAJE DEL GENERAL DON SIMÓN BOLÍVAR AL SOBERANO
CONGRESO CONSTITUYENTE DEL PERÚ
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(10 DE FEBRERO DE 1825)
Señores:
Los representantes del pueblo peruano, se reúnen hoy, bajo los auspicios de la
espléndida victoria de Ayacucho, que ha fijado para siempre, los destinos del
nuevo mundo.
Hace un año, que el Congreso decretó la autoridad dictatorial, con la mira de
salvar la República que fallecía oprimida con el peso de las más espantosas
calamidades. Pero, la mano bienhechora del Ejército Libertador, ha curado las
heridas que llevaba en su corazón la patria: ha roto las cadenas que había
remachado Pizarro a los hijos de Manco Cápac, fundador del Imperio del Sol; y
ha puesto a todo el Perú bajo el sagrado régimen de sus primitivos derechos.
Mi administración no puede llamarse propiamente, sino una campaña: apenas
hemos tenido el tiempo necesario para armarnos y combatir, no dejándonos el
tropel de los desastres, otro arbitrio que el de defendernos. Como el ejército ha
triunfado con tanta gloria, de las armas peruanas, me creo obligado a suplicar al
Congreso que, recompense debidamente el valor y la virtud de los defensores de
la patria.
Los tribunales se han establecido según la ley fundamental. Yo he mandado
buscar el mérito oculto, para colocarlo en el Tribunal: he solicitado con esmero, a
los que profesaban modestamente, el culto de la conciencia, la religión de las
leyes.
Las rentas nacionales no existían: el fraude corrompía todos sus canales: el
desorden aumentaba la miseria del Estado. Me he creído obligado a dictar
reformas esenciales y ordenanzas severas, para que la República pudiese llevar
adelante su existencia; ya que la vida social no se alimenta, sin que el oro corra
por sus venas.
La crisis de la República me convidaba a una preciosa reforma, que el curso de
los siglos, quizá, no volverá a ofrecer. El edificio político había sido destruido, por
el crimen y la guerra: yo me encontraba sobre un campo de desolación; más con
la ventaja de poder constituir en él, un gobierno benéfico. A pesar de mi ardiente
celo por el bien del Perú, no puedo asegurar al Congreso que esta obra haya
llegado al grado de mejora, con que me lisonjeaba mi esperanza. La sabiduría
del Congreso tendrá que emplear toda su eficacia para dar a su patria la
organización que ella requiere, y la dicha que la libertad promete. Séame lícito
confesar, que no siendo yo peruano, me ha sido más difícil que a otro, la
consecución de una empresa tan ardua.
Nuestras relaciones con la República de Colombia, nos han proporcionado
poderosos auxilios. Nuestra aliada y confederada, no ha reservado nada para
63 Denegri Luna, Félix, Obra Gubernativa y epistolario de Bolívar. Colección Documental de la
Independencia del Perú, tomo XIV, vol. 1º, págs. 317-320, Lima, 1975.
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