Page 175 - Padres de la Patria
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nosotros:  ella  ha  empleado  su  tesoro,  su  marina,  su  ejército  en  combatir  al
                  enemigo común como en causa propia.

                  El Congreso observará, por estas demostraciones de Colombia, el precio infinito
                  que tiene, en el orden americano, la íntima y estrecha federación de los nuevos
                  Estados. Persuadido yo, de la magnitud del bien que nos resultará de la reunión
                  del Congreso de representantes, me he adelantado a invitar a nombre del Perú a
                  nuestros  confederados,  para  que,  sin  pérdida  de  tiempo,  verifiquemos  en  el
                  Istmo  de  Panamá,  esa  augusta  asamblea  que,  debe  sellar  nuestra  alianza
                  perpetua.

                  La República  de Chile ha puesto a las órdenes de nuestro Gobierno una parte
                  de  su  marina,  mandada  por  el  bizarro  vicealmirante  Blanco,  que  actualmente
                  bloquea la plaza del Callao, con fuerzas chilenas y colombianas.

                  Los Estados de México, Guatemala y Buenos Aires, nos han hecho ofertas de
                  servicios;  aunque  sin  efecto  alguno,  a  causa  de  la  celeridad  de  los  sucesos.
                  Estas Repúblicas se han constituido y mantienen su tranquilidad interna.

                  El agente diplomático de la República de Colombia, es el único que, en estas
                  circunstancias, ha sido acreditado cerca de nuestro Gobierno.

                  Los  cónsules  de  Colombia,  de  los  estados  Unidos  de  América  y  de  la  Gran
                  Bretaña, se han presentado en esta capital, a ejercer sus funciones: el último ha
                  tenido  la  desgracia  de  perecer  de  un  modo  lamentable:  los  otros  dos  han
                  obtenido el exequatur correspondiente, para entrar en los deberes de su cargo.

                  Luego de que los sucesos militares del Perú, sean conocidos en Europa, parece
                  probable  que  aquellos  gobiernos,  decidan  definitivamente  de  la  política,  que
                  hayan  de  adoptar.  Me  lisonjeo  que  la  Gran  Bretaña  será  la  primera  que
                  reconozca nuestra independencia. Si hemos de dar crédito, a las declaraciones
                  de la Francia, ella no está muy distante de unirse a la Inglaterra, en esta marcha
                  liberal: y tal vez, el resto de la Europa, seguirá esta misma conducta. La España
                  misma,  si  oye  los  consejos  de  su  propio  interés,  no  se  opondrá  más  a  la
                  existencia de los nuevos Estados, que han venido a completar la sociabilidad del
                  universo.

                  ¡Legisladores!  Al  restituir  al  Congreso  el  poder  supremo  que  depósito  en  mis
                  manos séame permitido felicitar al pueblo, porque se ha librado de cuanto hay
                  de  más  terrible  en  el  mundo:  de  la  guerra  con  la  victoria  de  Ayacucho;  y  del
                  despotismo con mi resignación. Proscribid para siempre, os ruego, tan tremenda
                  autoridad ¡esta autoridad que fue el sepulcro de Roma! Fue laudable, sin duda,
                  que  el  Congreso,  para  franquear  abismos  horrorosos  y  arrostrar  furiosas
                  tempestades, clavase sus leyes en las bayonetas del Ejército Libertador; pero ya
                  que la nación ha obtenido la paz doméstica y la libertad política, no debe permitir
                  que manden sino las leyes.

                  Señores: El Congreso queda instalado.





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