Page 30 - Rumbo al Bicentenario Nº 4
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Es perceptible que durante las guerras de independencia la recurrencia a la Constitución gaditana como
            panacea de los conflictos, el engrandecimiento y la regeneración política de la monarquía, servía como un
            medio efectivo para reprimir la revolución y quitarle legitimidad a la práctica política de los actores sociales
            revolucionarios.  Por ello, en El Verdadero Peruano, Félix Devoti creía que: “Los terribles ejércitos de España
            no han sido tan funestos a la Francia, como lo ha de ser la nueva Constitución… los países alucinados ahora, viendo
            ya efectiva con ella nuestra restauración política, se avergonzarán de su imprudencia.”    Incluso, El Filósofo de
                                                                                         25
            los Andes, seudónimo con que escribía en obispo de Charcas, advertía:



                       “un pasaje feliz al barco que nos trae de Cádiz la deseada constitución política, que ha de
                       restablecer la amable concordia en una y otra América, y llenase de bendiciones a los generosos
                       jefes de Lima y de México, y a los intrépidos generales del ejército real, a quienes debemos todos
                       el no haber naufragado en tan deshecha tormenta.”    El propio autor en agosto de 1813 sostenía:
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                       “¡Americanos! Todos somos españoles, todos somos hermanos, todos somos iguales. La nueva
                       constitución que acaba de publicarse, ha derribado todas las barreras que nos separaban, y ha
                       borrado para siempre de nuestra legislación esos bárbaros restos del dominio feudal, de los
                       cuales, como de una maligna raíz, brotaban incesantemente tantas rivalidades, tantas quejas,
                       tantas desconfianzas. Ya somos todos verdaderamente libres.”  27


            Paradójicamente, a fines de 1813 con el triunfo de las fuerzas realistas sobre los revolucionarios de Buenos
            Aires en Vilcapugio y Ayouma en el Alto Perú y el retorno del absolutismo en 1814, la recurrencia a la
            Constitución gaditana, como panacea de los conflictos, perdería fuerza e interés político llegándose incluso
            a sostener su ilegitimidad y a propugnar su abolición definitiva. Precisamente, la circulación de un folleto
            publicado en España y ampliamente difundido en Lima en 1815 sintetizó los cambios establecidos con el
            retorno del absolutismo y el desmontaje de la experiencia constitucional: “ya no hay que temer a los enemigos
            del altar y del trono, porque vemos nuestro amado soberano repuesto en los derechos de su soberanía, y las Cortes
        “C onstit ución, base de nuestr a pr osperidad y gr ande z a“
            pasadas anuladas, la Constitución que decían Sagrada, destruida, la libertad de imprenta revocada?”  28




































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            25 El Verdadero Peruano. Nº 9, del jueves 19 de noviembre de 1812.
            26 El Verdadero Peruano. Nº 18, del jueves 21 de enero de 1813.
            27 El Verdadero Peruano. Nº 15, t. 2, del jueves 12 de agosto de 1813.
            28 Folleto contra los filosofistas españoles amigos de Rousseau, formado por ellos mismos y por su maestro, escrito por El Amigo de la Verdad. Madrid: Imprenta
            de Ibarra, 1815.
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