Page 379 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
P. 379

Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
            imponderables amarguras que no cupieran en los volúmenes del tostado si se
            hubiesen de referir.
                               16
                    7.— Séptima; que hallándose en el estado mas deplorable la miseria
            de todos los Indios que si como la escrivo por que la veo y conosco la palpa-
            se V.A. creere que mirándolos con la debida charidad con conocimiento que
            pocos Anacoretas tendrás mas estrechez en su vestuario y comida por que
            sus limitadas luces y tenues facultades de ningún modo alcanzan á satisfacer el
            crecido tribúto que se les exige con tanto apremio ási á estos como á los mula-
            tos requintados, sacando los corregidores los tributos con tanto rigor que no es
            creíble, á lo que concurren sus curas por el interese de sus asignados estipendios;
            que atenta la expresada misericordia solo quede la contribución total y annual
            de quatro pesos los Indios, y los requintados de dos pesos; y que los curas no les
            hayan de llevar derechos algunos por sus óbenciones de óleos, Entierros y Ca-
            samientos, ni precisaros con el nombramiento de Alferes para sus fiestas, pues
            estas, en caso que no haya devoto que las pida, las costeen las cofradías; cuyo
            punto pide de necesario y preciso remedio; como asi mismo que los Indios que
            se hallan ausentes del pueblo que obtenían su territorio el qual no se haya ven-
            cido ni permutado, seán debueltos a sus tierras de inmemorial posecion, y que
            todos los resgúardos  que de presente posean les queden no solo en el uso si no
                               17
            es cabal propiedad para poder usar de ellos como tales dueños.
            _____________________
            16. Nada más justo que esta solicitud. El Rey mismo havía consentido ya en la abolición de este estanco:
            pero fueron tales las maniobras del Arzobispo y de sus satélites los capuchinos que persuadieron al pueblo
            mismo á que pidiese su restablecimto. De manera que hoy existe en toda su fuerza con la rebaja de un real
            de plata por cada libra en lugar de dos á que el Regte. lo havía puesto. Con estos artificios é intrigas indignas
            de un prelado eclesiástico, fué que consiguió dho. Arzobispo ser nombrado Virrey del reyno poco después,
            Gran Cruz de Carlos 3° y otra multitud de honores incompatibles la maior parte con su estado.
            17. Ninguna nación ama tanto las tierras donde nace, y donde se han enterrado sus antepasados como los
            Indios del Nuevo Reyno de Granada. Este apego tiene aún [¿alta?] religión; pero la codicia del gobierno
            ha llegado a tanto que por vender las tierras de los Indios frecuentemente los despoja de ellas haciéndolos
            pasar a otros pueblos. Estas reuniones son odiosísimas así alos que pasan como á los que lo reciven, y or-
            dinariamte. acaban por la dispersión de los primeros, los qe. de ordinario se van á los bosques, o se huien
            á otros países, en donde mueren brevemente de pesadumbre. Semejantes violencias eran más fuertes que
            nunca al tiempo de esta insurrección, y esto dio motivo á que todos los Indios se levantasen en masa en
            aquella época. Además los curas los extorsionan con fiestas, entierros, &ca. y los cobradores de tributo con
            vejaciones de todas especie. El globo no tiene hoy gente más desgraciada que los Indios de qe. hablamos.
            Las traslaciones han cesado con el levantamto.; pero no los demás males que se aumentan cada día. Llá-
            manse resguardos los terrenos que poseen los Indios alrededor de sus pueblos. Estos terrenos se supone
            pertenecer, al Rey, y por su usufructo paga cada indio un tributo anual que es más ó menos oneroso según
            la fertilidad del terreno, y que debe pagarse en moneda. Los indios no pueden abandonar su pueblo, son
            esclavos del suelo: pero la posesión individual de él es amovible a volúntad de los Corregidores, los quales
            frecuentemte. los hacen pasar de una banda á otra. De aquí proviene el poco ó ningún cuidado que los
            Indios tienen en cultivar una tierra, cuia posesión es tan variable y precaria. Ordiariamte. prefieren arren-
            darla á los blancos ó mestizos.


                                               378
   374   375   376   377   378   379   380   381   382   383   384