Page 28 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
Prólogo a la segunda edición
esta llama se extenderá rápidamente «como los síntomas del descontento que
en otro tiempo ya estallaron, lo anuncia» (Viscardo 1988: 27-40).
En el último párrafo del proyecto, Viscardo anuncia el siguiente texto
sobre los disturbios de América meridional en 1780. Debe haber considerado
ambos textos como complementarios pues el nuevo «establece el fundamento
de los principios del presente proyecto y la conveniencia de los medios pro-
puestos para su ejecución» (Viscardo 1988: 39). En efecto, Viscardo piensa
que todo el proyecto descansa sobre la idea de que los americanos se han de
levantar a la llegada de los ingleses y esto significa que debe explicar sus bases
«sociológicas».
En efecto, el Ensayo histórico sobre los disturbios de América meridio-
nal en el año 1780 (1792) inicia con un discurso breve sobre los problemas
del Perú e Hispanoamérica en lo social que él hace derivar de las discordias
ancestrales entre los grupos sociales y étnicoculturales. En primer lugar, entre
los españoles de Europa y los de América (criollos). Pero advierte que ha cre-
cido la influencia de los criollos pues junto a los mestizos son mucho más que
los chapetones o españoles europeos. En general, afirma que «su influencia
sobre los mestizos y otras razas mezcladas, así como sobre los indios, es muy
notable» (Viscardo 1988: 43).
El relato de los «disturbios» hispanoamericanos lo hará de memoria
pues dice que nunca le devolvieron su información dada en 1782 sobre la re-
beldía en Hispanoamérica. Extraño sería que en una década no haya recibido
nueva información, pero los hechos que relata dicen que en realidad sí maneja
nuevos datos e interpretaciones. En lo general, insiste en las desavenencias por
las medidas de los Borbones y, en especial, en la figura y el accionar del mi-
nistro José Gálvez como la causa de la rebeldía en diferentes lugares desde la
década de 1760. Es curioso que en un texto como este resalte la labor que dos
criollos tuvieron en el develamiento de la rebelión de Túpac Amaru afirmando
que son dos personas a quienes «España debe enteramente el haber conserva-
do por esta vez el Perú y toda la América Meridional»: Ignacio Flores de Quito
y Manuel Villalta de Lima.
De otro lado, pone a Túpac Amaru como más moderado en su ac-
cionar en contra de la ciudad del Cusco y resalta sus contactos con criollos
en diferentes partes del país. Tal vez esto se deba a la necesidad de moderar
el discurso de atrocidades que se cometieron en la rebelión y en hacer más
«rebeldes» a los criollos que, en realidad, son los que preocupan a Viscardo
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