Page 306 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen  1
                                                      Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
                    El estado actual del colegio es lastimoso, como lo expresa su Rector al
            visitador a foxas ocho, quaderno primero, añadiendo que ha estado mas de
            una vez al punto de serrarse, y que si no se toman algunas eficaces providen-
            cias, deveremos cubrirnos de luto, efectivamente, la cosa es como la pinta el
            Rector; pues hablando con pureza, apenas se observa nada de lo que dice en
            los estatutos y distribuciones quotidianas.
                    Su rector lo es actualmente el Señor Doctor Don Toribio Rodríguez
            de Mendoza, canónigo Lectoral de esta Santa Iglesia, cuyo estado no le per-
            mite desempeñar diaria y puntualmente varios encargos personales corres-
            pondientes a su ministerio, de aquí es que no hay memoria de que asistiese al
            refectorio a ninguna de las horas en que deben concurrir a el los colegiales,
            que las visitas diarias de las aulas tampoco las puede hacer etcetera, cuyas obli-
            gaciones comprehendo, llenaría con exactitud en los tiempos que disfrutaba
            de mejor salud, pues todavía se conserva memoria de varios jóvenes aprove-
            chados que han salido del Convictorio a últimos del siglo pasado, lo que era
            de esperar de su conocido talento y notoria instrucción=
                    La consumación de la ruina del colegio y su total decadencia ha sido
            una consecuencia de la turbación política de esta Amérca, pues suspendida
            la cobranza de tributos el año pasado de mil ochocientos once, lo ha estado
            también la de las cinco encomiendas que le están aplicadas en los partidos del
            Cuzco, Trujillo, Oruro, Jauja y La Paz, que importan al año cerca de seis mil
            pesos, cuyo deficit ha ocacionado un transtorno general en esta casa de estu-
            dios, pues para no cerrarla tuvo que suspender la provisión de tres cátedras
            dotadas del colegio, y aplicar sus asignaciones a la dotación de los Vice-Rec-
            tores, hubo que cerrar el refectorio y a su consecuencia tolerar desordenes
            subercivos de la buena disciplina, a lo que se ha debido su aparente conserva-
            ción, así lo expone su Rector a foxas cinco, quaderno segundo, y aunque en
            el día bajen al refectorio entre doce a quince colegiales, de los que no tienen
            quien los cuide, y poco de que subsistir, esta medida siempre produce incon-
            venientes de la mayor gravedad, tanto que el visitador dice que habría sido
            mejor cerrarlo=.
                    Desde el año de mil ochocientos seis, no ha dado cuenta de la admi-
            nistración su Rector, como me lo dice a foxas, quaderno segundo, sin que el
            Señor ministro protector hubiese tenido, se puede decir, tiempo para ejercer
            su ministerio en esta parte, y en las demás que le señala el artículo quinto de
            los estatutos, pues apenas ha sido nombrado de tal, sobrevino el reglamento



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