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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
si no comparece al Curso de Leyes que se va abrir el Lunes diez del presente,
se declarará por vaca su beca.— Don José María Valdez tiene igual fecha su
gracia. Por la misma causa, expuesta antes, se retiró a su casa. Todos sus con-
discípulos concluyeron su curso, sin que el haya adelantado nada en la calle,
sino en eximirse del Servicio militar, bajo el concepto de ser colegial. Está
pendiente una solicitud de su beca, y sino se recoge prontamente la Superio-
ridad la proveerá en otro.— Don José María Amezaga, Maestro en Artes por
especial gracia del Superior Govierno con prolongación de dos años más de
beca que esta al cumplirse.— Don José Agustín Carrasco está en el quinto
año, está ausente en la Sierra sin licencia por haber rasgado sangre.— Don
José Gregorio Cartagena Presbítero, tiene cuatro años de beca.— Don José
Peña está igualmente en el cuarto año.— Don Manuel Sánchez en el tercero, y
hacen algunos meses que está fuera del Colegio por enfermo con licencia.—
Don Mariano Martin Garro está en el tercero año.— Don José Alvarado es de
la misma fecha.— Don Pablo Rodríguez lleva el mismo tiempo que el ante-
rior.— Don Manuel María Arnao lleva dos años.— Don José Aveleyra lleva
un año.— Don Manuel Morales lleva cuatro meses.— Don Teodoro Vilca,
acaba de obtener la merced, y se recibirá de colegial en estos días.— Becas de
Pisco.— Don José María Navarro, natural de dicha Villa, desamparado de su
acudiente, y lleno de Sarna, un mes ha que se fué a su Patria, tiene dos años.—
Don Pedro Quintana y Pedemonte, natural de Pisco, un año ha que disfruta
la beca.— Todas las becas, exepto las dos de Pisco, se obtienen por ocho años,
a no ser que conseguida por algún colegial adelantado en sus Estudios, se le
limite su goce a solo el tiempo que necesita para terminar su carrera. Las dos
becas de Pisco se fundaron por el Cura de esa Villa don Juan López de Alarcón
para dos niños naturales de Pisco, quienes debían estudiar la lengua latina en
el Colegio de San Martín por solo el espacio de tres años. Esta disposición la
encuentro alterada desde muchos años atrás. [Al margen: Pisco] Mis conge-
turas sobre esta variación son estas. La fundación de dichas becas suponen
que en Pisco no hubo Maestro de Latinidad, pagado en aquellos tiempos, y
esto obligó a la dura necesidad de enviar a esta capital niños de una edad muy
tierna. Más es constante que en Pisco hay una dotación de quatrocientos pesos
para un Maestro que enseña Lengua Latina. También supone esto que seme-
jante establecimiento es de fecha posterior. Proveída esta Villa de la enseñanza
de Latinidad, cesó la necesidad, o al menos se disminuyó de venir a recibirla
en el Colegio de San Martín, donde por otra parte les era más ventajoso el
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