Page 424 - La Rebelión de Huánuco. Vol 5
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Volumen 5
Oficios varios ante la Real Audiencia sobre las insurreción de los partidos de Huánuco, Panataguas y Huamalíes
A Vuestra Alteza pido y suplico se sirva mandar hacer que segun va es-
puesto por ser de justicia y con merced espero del acreditado celo de Vuestra
Alteza etc.
Mariano Ochoa (Rubricado).
Muy Poderoso Señor
Doña Petronila del Castillo hija legitima de don Juan Jose de Crespo
del Castillo Regidor Perpetuo del Ilustre Cabildo de la ciudad de Huanuco por
quien presto voz y caucion de rato y grato, en los autos criminales que contra
el y otros se siguen de oficio por la imputacion de suvlebacion y lo demas
deducido digo: que los de la materia han venido a este Superior Tribunal para
el pronunciamiento de la sentencia definitiba correspondiente pero hallan-
dose el citado mi padre con el gravisimo desconsuelo de no haver tenido en
Huanuco un defensor experto que haya manifestado en toda su estencion la
instancia en que se halla serca del delito que se le atribuye cuyo defecto puede
arriesgar la justicia de su causa en un asunto como este de tanta entidad, y
consideracion en que segun tengo noticia ha pedido contra la parte de el sino
la imposicion de pena capital; se me hace preciso interpelar la notoria benig-
nidad de Vuestra Alteza para que se digne franquearle por un breve termino la
audiencia necesaria entregandoseme al efecto el proceso para su vista deducir
lo oportuno.
Notorio es que en la ciudad de Huanuco carece el vecindario de le-
trados que puedan formalizar la defensa de los pleitos: en esta virtud se le
encargo la de mi padre a un hombre lego con la desgracia de no residir en el
los mejores conocimientos de consiguiente su exculpacion no puede contener
todo el vigor, y medio que se necesita con particularidad en una causa tan
ardua y circunstanciada como la actual; y para el caso tanto importa no haber-
sele defendido como haversele defendido mal.
La vida del hombre segun la exposicion de la ley de la partida, es lo
mas precioso, y estimable que se conoce en este mundo: para privarle de ella
es preciso que no solo conste de un modo inequivoco y concluyente el crimen
que ha perpetrado; sino tambien que se le preste el ultimo consuelo que le pres-
ta el natural derecho qual es el de su defensa no en unos terminos angustiados
y de oprecion, sino con aquella amplitud que es devida. Si esto generalmente se
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