Page 42 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                        Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco - Segunda parte
            continuamente han quedado satisfechos como lo pueden Declarar, pues con
            ellos me atestiguo. La Noche que los Pueblos Ynsurgentes aparecieron en el
            Puente de Huayaopampa me tocó estar de guardia con un Piquete de soldados
            de mi Compañía en esta Real Cársel en donde me mantuve firme hasta que se
            soltaron los presos de ella; y casi hasta la efectiva invación de la Ciudad que
            por no tener más armas que unos garrotes y ser en crecido número mayor la
            turba de los Yndios, me fue preciso desamparar el puesto: todo lo qual remito
            a lo que informen mis Gefes y Oficiales. Si por acaso me he mezclado en qual-
            quier negocio de esta Ynsurrección puede Vuestra Señoría y el mundo estar
            seguros de que ha sido contra mi boluntad; por que ¿cómo un sólo individuo
            podría oponerse a las dispociciones de los Ynsurgentes, quando estos mismos
            y sus malvados Capitanes me sacaban de por fuerza, y abriéndome de ame-
            nazas, sino a mi persona a mis pocos bienes y familia? Yo desde luego huviera
            fugado de ellos, más como en el día que asaltaron a la Ciudad me encontraron
            de guardia, harto hize en ocultarme de los criminosos, viles, y monstruosos
            destrosos que executaron desapareciéndome de su vista: oculto dejava a mí
            crecida familia por público de sus furores; sin embargo todos los tráncitos de
            esta Ciudad para fuera de ella estaban guardados de Ynsurgentes, y por donde
            quiera que huviera intentado pasar, peligrava mi persona; no puede tomar
            otro Partido en tan desesperado mal que el de manifestarme, y condescender
            en quanto me mandaban, según lo tengo declarado ante Vuestra Señoría pro-
            textando aquí, y jurándole por Dios Nuestro Señor y una Señal de Cruz que
            en todo el tiempo que ha durado la Ynsurrección no le he quitado la vida, ni
            he sido influjo para ello, no he substrahido los vienes de mis próximos, ni mi
            limitada capacidad ha dado regla para que nada de esto se execute. Si los Yn-
            surgentes me han ocupado, no he desempeñado sus encargos con la vivacidad
            de mis mal contentas intenciones; por que bien conocía que nada abanzaba
            con servirles, quando las funestas resultas de ello recahían en desonrrarme y
            ponerme en el estado en que ahora me veo» :: Todo lo qual visto por Vues-
            tra Señoría espera el ministerio del Defenzor, que servirá para apoyo de su
            defenza; y para que la justicia de su parte tenga el lleno que le corresponde:
            mediante a ella.
                    (Al margen)
                    A Vuestra Señoría pido y suplico se sirva mandar declarar a Francisco
            Pérez por libre, y esempto de la Ynsurrección: que su nombre sea borrado del
            Catálogo de ella, y sus incidencias; de todo lo qual y en pro de su ynosencia se



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