Page 289 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La Rebelión de Huánuco de 1812
            Ambo. ¿No hera de razon que el Excelentisimo Señor Virrey supiese los ter-
            minos execables que usaban los rebeldes? ¿Ocultaria que desian los tenian en
            una oprecion tirana, quando no quedo calle, rincon, ni Plaza donde no lo bo-
            siferasen? Antes se haria sospechoso si como susedió nolo indicase, procuran-
            do rebajar de consepto á los Ynsurgentes, que apretesto de Europeos, aun in-
            tentavan desolar la ciudad, Que asi se huviersen quejado los rebolucionarios,
            con junta, ó sin ella no hera de su resorte; el cumplio con lo que le pidieron,
            dando parte del mismo modo que susedio. El agresor intenta siempre huir el
            cuerpo a quanto pueda descubrirlo con el aspecto de tal agresor. Si mi parte
            huviera sido complise, huviera antes procurado vestir la Ynsurgencia, el robo,
            y la muerte con un estilo sagas, que aun quando manfestase los echos, fuesen
            tan desfigurados que no llevasen todo el horror, y execracion que meresen. El
            los manifiesta con todo el veneno que vomitaron sus pensamientos luego por
            haver puesto este oficio, en aquellos mismos terminos en que se esplicaron, no
            es culpable.
                    El tercer cargo que resulta contra mi parte, y que lo hase gravemen-
            te sospechosó, á consequencia del sindicato, que le hase Narsiso Truxillo, o
            Ponse, es haver puesto á Vuestra Señoria un oficio, que havian en la ciudad
            serca de quinse mil Yndios, de una ferosidad terrible, al que contesto hasi lo
            savia por que su general los havía echo contar, con aquella especie de suma y
            que llaman Morocho. Pero haciendosele cargo particular sobre este numero
            permitame Vuestra Señoria haser este dilegma. O devia mi parte haver puesto
            el numero que se indicava, ó el menor, si lo primero se le arguye de que su
            intento fue intimidar la respetable tropa de Vuestra Señoria silo segundo es-
            parcida la noticia á la entrada de Vuestra Señoria del numero de quinse mil,
            dirá que acusó por infidencia, ó traicion, sele havia ocultado el numero, y asi
            de este cargo de ningun modo se escapa. Por que siendo el obgeto de Vues-
            tra Señoria averiguar el motivo por que se declaravan, ó se ocultavan las
            cosas, resulta que saviendo por voca del mismo xefe de Ynsurgencia, el cita-
            do numero de sublevados, y no ponerlo, acreditava ser uno de los mismos
            complises, y que puso menos numero para que Vuestra Señoria descuidado,
            no tomase las Providencias oportunas para su resguardo. Como mi parte ya
            mas se [ilegible] en las juntas, que consta tenian los insurgentes, no tuvo mas
            noticia, y aunque no veya el numero indicado, estaba en la persuacion de
            que acaso estuviesen escondidos en los estramuros, á vista de la firmesa con
            que lo asegurava Castillo. La ferosidad Terrible, que asegura mi parte en los



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