Page 294 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                        Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco - Segunda parte


                    (Al margen) 7a.
                    Yten digan: si en el primer asalto, que hisieron los Ynsurgentes á dicha
            ciudad, se halló mi parte en el; si por el contrario despues de estar en Tomay-
            quichua como se ha expuesto anteriormente, pasando con el mismo designio
            de reclutar gente á Quicacan, pasado el medio dia, encontró con los Señores
            Subdelegados, y otros Europeos que se retiraban; en cuyo instante sele dio
            orden ami parte, para que la gente que traía, la entregase al Alcalde de primer
            voto, quien le respondió, que la retirase para precaucionar aberias; por que los
            Ynsurgentes yá se habían posecionado de la ciudad, y con la embriagues no
            respetaban á nadie.
                    (Al maraen) 8a.
                    Yten digan: si es verdad, que despues de los sucesos referidos quando
            mi parte al ponerse el sol, entró ala ciudad, y asu casa, le asaltaron infinitos de
            esos Ynsurgentes, que en señoreandose con la mayor barbaridad, no respeta-
            ban ni calidad, ni autoridad, y agarrando a mi parte por escapar la vida de sus
            furores, le fue preciso repartirles el dinero que traía, despojandose de todos
            aquellas ropas, que cargaba en los bolsicos: esto ademas de hacerles protestar
            sumisas, para que no maltratasen su persona, de que resultó, que llegando a
            sus hogares se ocultó, y no se puso en fuga por motivo de que el Alcalde Don
            Pedro Espinosa bino con quatro soldados hasta Visacaca, y encontrando a mi
            parte, lo hiso volver: solo su muger tuvo lugar para huir a Ambo, logrando el
            indulto de que en la primera revolucion que hisieron los Ynsurgentes, se esca-
            pó: durante muy pocos días de la sublevacion, interin que mi parte investigaba
            donde su ocultaba su muger, donde profugaron sus oficiales, procurando or-
            denar todo lo desordenado que encontró en su casa, en su herramientas, y en
            muchas otras agenas, que sele habian comisionado, los Ynsurgentes tomaron
            los caminos, y lebantaron la especie de que habia pena de la vida para el que
            abandonase la ciudad, o se retirase de ella: causa sobrada para que quedase de
            todo punto impedida la fuga que pretendía.
                    (Al margen) 9a.
                    Yten digan: Si en la segunda accion que esos Ynsurgentes hisieron á
            Ambo, mi parte fue influxo, ó tubo inte [roto] vencion en ella, ó si por el
            contrario, cargando con su muger enferma imposibilitada, se retiro á Tomay-
            quichua, y a los montes de Armatanga, donde pasandola desde Ambo lo bus-
            caron con ansia para quitarle la vida; y aunque es verdad, que recibió mi parte



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