Page 288 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                        Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco - Segunda parte
                    Segunda. Que ni aun estas recomendables voses tuvo presente mi par-
            te, y todo su conato fue dirigirse á sosegar la tempestad de la insurgencia y que
            comensase á rayar la aurora de su Govierno en medio de la obscuridad de la
            anarquía en que sucumbia. Asi fue que nos juntamos, no para gobernar, que
            considera ageno de su instituto mi parte, sino aconstituir autoridades provi-
            cionales, que mientras, ó inferir restituidos los xefes que emigraron siguiesen
            en todo el orden antiguo, que siempre prevalecio en todas las Edades. Y devia
            mi parte haser este buen oficio por la Ciudad, o dejarla abrasarse en su Anar-
            quia, si fue malo su intento, luego devio quedar anarqica la ciudad. Crimen
            Orrendo y execrable. Señor para un miembro que teniendo voses no ablava,
            y que presentandose el remedio á la Madre Patria oprimida, no le dava. Si
            bueno, ó lo fue en la substancia, ó en el modo; en la substancia, por que fue
            redimir de Anarquía la ciudad, y en el modo, por que se juntó no agovernar,
            sino aponer Gobierno provicional, en la primera, y modo que siempre lo tuvo,
            como consta de la Acta, cuios testimonios inmediatamente pasaron a Vuestra
            Señoría y al Superior Govierno·
                    Si mi parte se huviera rehunido a formar esa junta fanatica y subersi-
            va que han dado merito a que se conosca en nuestros dias, la quimera de la
            independencia que nó conosieron los siglos? pudiera contra si mismo pedir
            auxilios prontos? ¿Es creible que al mismo tiempo que desea, ó introduse la
            independencia, se someta, se sugete, y absolutamente se dirija á la legitima
            superior Autoridad del Excelentisimo Señor Virrey del Reyno protestandole
            entera ovediencia, e implorandole sus aucilios? ¿Quien es aquel que se somete
            á aquel mismo de quien desea apartarse? Vuestra Señoria es demaciado re-
            flexivo para no conoser, que se implicava asi mismo mi parte en querer junta;
            por que un parte, fuese subersiva, y por otra subordinada, por una parte abso-
            luta, por otra provicional, por una parte que pida socorro intentando por otra
            vivir sin sugecion á aque él superior xefe que hase las veses del Rey. Devo pues
            concluir que la sospecha que resulta contra mi parte, no es de aquellas vehemen-
            tes, que indusen verosimilidad, por que la congetura mas está a su favor.
                    El segundo oficio dirigido al Excelentisimo Señor Virrey del Reyno,
            es dictado con presipitacion con poca advertencia, como lo confiesa ultima-
            mente mi parte; sin embargo es menester desir, que acostumbrado mi parte á
            hablar con candor y sinceridad, no conose aquellas espresiones que lisongean
            ocultando el veneno estampo en el, lo mismo que la vista de los concurren-
            tes expresaron los insurgentes, altivos con su aparente triunfo del punto de



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