Page 146 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                        Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco - Segunda parte
            mugeril que la citada Loaisa no ha podido provar, siendo así que aun los tes-
            tigos en que fundava el valor de su sindicato confesando abiertamente delante
            de Vuestra Señoría abiertamente se contradisen, y una de ellas antes le hoió
            expreciones que estas son racionales y a fabor de la Religión, que no en contra
            de los Europeos, de lo que quasi todos son Parientes de mi parte, y con quie-
            nes no ha tenido jamás el menor motivo de disención, ni por qué disgustarse
            con ellos, cuias expresiones fueron partos del miedo y de la consternación en
            que estava su espíritu con los echos atroses de los insurgentes; y que la sitada
            Loaisa quando mi parte virtió las primeras expreciones con la maior sensillés,
            disiendo ya estos chunchos atropellado la Yglecia de San Francisco y harán lo
            mismo con todas, se adjudicó el dicho á ella y se figuró que mi Parte lo desía por
            injuriarla, y este odio la encaminó seguramente á enfureserse, y solisitar la vengan-
            sa, como la ha verificado tisnando el honor de mi parte con el mayor descaro.
                    La conducta de mi parte, es una de las mas honrradas, que se pudieran
            presentar: Si él hubiera sido insurgente: si él hubiera sido comprendido en la
            presente rebolución, no hubiera sido el primero en la Denuncia, que hiso al
            Señor Subdelegado llevando el mismo Yndio que havisaba estar ya los Pue-
            blos en rebolución, como lo tiene declarado, y certificado en Señor Coronel
            Don Antonio Echegoyen ni hubiera obligado a Don José Marin, a que llevase
            al dicho Jues una carta escrita de parte de los Yndios del Valle no contentán-
            dose mi parte con una mera insinuación, sino con acompañar a Marín hasta
            la misma puerta del Señor Subdelegado, encargándole quan o fue de su parte
            la pronta denuncia que devía de haver para que la ciudad no fuese bejada, y
            atropellada como lo ha sido. Menos hubiera sido el influiente en el Pueblo de
            Tomaiquichua, donde se hallava refugiado á que prontamente se rindiesen a
            la obediencia de Vuestra Señoría á vista del oficio que se sirvió despacharles,
            comnidándoles con la Paz, valiéndose de las circunstancias mi parte para ser
            autor de la carta con que ellos se ofrecieron a servir al Soverano, y á defender
            á Vuestra Señoría havisándoles las grandes ventajas que les resultava de hacer
            ellos como lo pedía mi parte; ejecutando igual acción con el Alcalde y común
            de Conchamarca, a quienes en igual modo les entregó otro papel igual, para que
            reconociesen a Vuestra Señoría por su lexítimo Jues, rogándolos casi incado de
            rodillas: Haviendo sido siempre mi parte enemigo asérrimo y visto con despre-
            cio todo libelo infamatorio que alterase la Paz como consta de las expreciones
            que enfadado virtió en casa de Doña Simona Goñi, y que sita Fernando Palomi-
            no en su declaración, de que aun con sinseridad no se acordava mi parte.



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