Page 388 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen  1
                                        Sobre la insurreción en Huánuco y la creación de una Junta Gubernativa
            seguridad, es una conducta que no admitiría nunca colorido, ni subterfugio.
            Así es inútil toda otra reflexión en la materia, como el que yo me persuada que
            los sucesos de ese territorio, no sean devidos, sino a vuestro propio impulso.
                    No entiendo ciertamente vuestro lenguaje, quando á un mismo yu me
            proclamais por Padre, y Superior, y asertais en seguida que no os conviene
            por ahora la paz con que os hé solisitado; alegando que traigo todo género
            de armas, y peltrechos, y el auxilio de los mismos europeos emigrados de esa
            Ciudad. Sin duda que no haveis dado lugar á la reflexión, quando os explicais
            de esa manera. Saved pues, que el armamento que me acompaña, no es más
            que el justo atributo del autoridad, para que por medio de el, hacer respetar el
            poder de las Leyes, y restablecer mas fácilmente el buen orden y sociego, que
            necesitan esos Pueblos. De otro modo no cería posible realizar mis venéficas
            miras, pues podrían ser turbadas por los alvorotos de los Novadores. Ygual-
            mente es falso que haya pensado auxiliarme de los europeos. Si estos me han
            seguido hasta este Asiento, no ha sido con otro fin que con el de exponerme
            sus agravios, y que en audiencia de unos, y otros, pueda con mas acierto des-
            tribuir la justicia que cada uno meresca. De otra manera, ¿como se havía de
            atrever ninguno á quererse vengar vaxo de mis auspicios sus propias injurias?
            ¿Ni en la equidad de mis juicios era capas de caver semejante tolerancia? Des-
            terrad pues, lexos de vosotros tan injuriosas congeturas, y vivid persuadidos que
            en mis procedimientos, no encontrareis jamás ni la duplicidad, ni la felonía.
                    Finalmente, si deseais vuestro propio bien, si quereis evitar los males
            que os amagan; someteos á mis consejos, y observad mis paternales adberten-
            cias, despreciando las fábulas, y quimeras con que tratan conduciros al preci-
            picio. En este supuesto os exhorto, y requiero por última vez, que os retireis
            todos a vuestros Pueblos en el mejor orden que os sea posible, y que desde
            ellos sin ser inquietados en manera alguna envieis inmediatamente a la Ciu-
            dad de Huánuco, donde fixaré mi residencia Diputados y Representantes que
            expongan a nombre de cada Comunidad las quexas, y perjuicios que tengan
            que repetir contra los europeos,·en la inteligencia que consideradas las cosas
            en su verdadero punto de vista, é indagadas con el escrupuloso esmero propio
            de su delicada entidad, solo será castigada la culpa, quedando ilesa, y atendida
            la inocencia. Lo mismo sucederá con los europeos, sin que se advierta ni en
            unos, ni en otros esa pernisiosa aceptación de personas que detextan mis jus-
            tificados propósitos. Ellos expondrán también sus rasones, y mientras esté in-
            decisa la justicia, haré que se porten con la compostura, y subordinación con



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