Page 462 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                             Celebraciones en Lima en honor al nombramiento de Baquíjano
            del hombre virtuoso a quien se consagran. Los excesos del júbilo popular, y la
            uniformidad en todas las clases, son los garantes más seguros de la sinceridad
            de sus sentimientos, y el triunfo más completo de la virtud. ¡Feliz el que así
            disfruta las aclamaciones de sus conciudadanos! Superior en su patria misma
            a la envidia, esa inseparable compañera del mérito, es tanto más digno de
            ellas, cuanto que añadiendo a sus talentos la afabilidad y modestia, contento
            con merecer los aplausos, huye de sus inciensos, reúne en sí solo el voto siempre
            discorde del pueblo, e inspira con su presencia respeto y veneración. Tal ha sido
            el cuadro que presentó esta fidelísima Capital del Perú en la justa elevación del
            Excmo. Sr. Conde de Vistaflorida al Supremo Consejo del Estado; y tales fueron
            las emociones que excitaron a este digno patricio en medio del entusiasmo de
            alegría a que se abandonó este pueblo en su obsequio y celebración.
                    Apenas la aurora del 28 de Junio descubrió con su crepúsculo la agra-
            dable noticia de esta promoción, cuando a manera de un golpe eléctrico se
            vio brotar un extraordinario y unánime júbilo desde las clases más elevadas
            hasta la más ínfima plebe; todos veneraban el día más grande de este opulento
            imperio que por la primera vez miraba un hijo suyo influir en sus destinos.
            Uno ponderaba sus talentos, otro su afabilidad en la vida privada, éste re-
            cordaba sus tareas literarias, aquél su incorruptibilidad en la magistratura; y
            todos aclamaban la discreción y tino de las Soberanas Cortes en haber elegido
            un ciudadano que posee felizmente la ciencia e integridad, el amor y la con-
            fianza. Regimientos, colegios, prelados, amigos, ricos, pobres, mujeres, niños,
            esclavos, castas diferentes, todos se convocaban mutuamente y se apresuraban
            en una confusión deliciosa, a expresar sus sentimientos y después de felicitar
            a su Excelencia por el premio, se congratulaban a sí mismos. El sexo delicado
            le presentó entre mil demostraciones de cariño algunos versos tan concep-
            tuosos y correctos que demostraban claramente que la fuerza de su imagina-
            ción fecunda puede suplir, si se estimula, los defectos de nuestra descuidada
            educación. En todas las arengas se distinguía una sencillez majestuosa y sen-
            timental, no por los adornos del arte que la prisa no les dejaba vestir, sino
            porque son siempre enérgicas e interesantes las producciones del corazón: la
            Real Universidad entre otras sostuvo la gloria que se merece, y el nombre del
            literato que la preside.
                    Si en algunas de las infinitas obras del Excmo. Sr. Baquíjano puede
            señalarse gradación, ningunas seguramente deben ocupar el primer rango,
            sino las contestaciones dadas en aquellos días eternamente memorables. Sabio



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