Page 260 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
P. 260
Volumen 1
Parecer de Baquíjano a la «Oración fúnebre»
la calumnia y duplicidad se unen y hermanan con el rostro lánguido y maci-
lento, que ambiciona sorprender los públicos aplausos; y que la cruel locura y
extravagante vanidad del Bonzo y Fakir, no es el distintivo de una penitencia
justa, cristiana y racional.
No es menos común escollo en la vida y elogio de los santos la continua
repetición de milagros, prodigios y profecías, que siendo el último esfuerzo de
lo maravilloso, presentan tanto fundamento a la duda y motivo a la sospecha.
Las leyes perpetuas, constantes y uniformes que sostienen a el universo, pro-
claman con energía la grandeza de su autor. La mano poderosa que las obliga
a mantenerse en su invariable círculo, se descubre con la misma energía que
en los ruidosos rasgos que lo derogan; no porque la mudanza de esas reglas
mostrase variedad en el inmutable; pues Eterno, en el mismo decreto que fija
su establecimiento, determina su interrupción, sino porque equívoca prueba
de santidad, han servido de máscara a las obras y prestigios con que el engaño,
el cisma y el error han extendido opiniones contrarias a la verdad, y peligrosas
a las costumbres.
10
La establecida en los monasterios de ejercitar a los jóvenes religiosos
en el uso y necesario arte de la retórica, obligándolos a tomar por objeto
11
la vida o martirio de algún justo, fue la inocente causa, que produjo en los
legendarios antiguos esos universales defectos. Con libertad de añadir a los
hechos y expresiones de los tiranos, formaron a su antojo supuestas historias,
que, conservadas entre los demás manuscritos de las bibliotecas, llegaron con
el tiempo a recibirse por verdades. Allí se encuentran insensatos rigores por
12
fingidos delitos; espectros y fantasmas que en todos los momentos cercan y
13
____________
9. Entre las Conferencias de Casiano hay una en la cual un solitario pregunta a los otros ¿cuál
es de todas las virtudes la que conduce más seguramente a Dios? Cada uno de ellos expone
su dictamen, y el que preside, después de haberlos escuchado demuestra, que esta virtud es
la discreción, porque alejando igualmente de los dos extremos, nos dirige por la senda recta,
embarazando que el espíritu se pierda sobrepasando los límites de una justa moderación, ni
se deje avasallar de la tibieza, con el pretexto de no destruir el cuerpo. Conferen. 2, Cap. 2
[Nota del autor].
10. Multi dicent mihi in illa die: Domine Die, non ne in nomine tuo prophetauimus, et in nomine
tuo damonia eiecimus, et in nomine tuo uirtutes multas fecimus? Et tune confitebor illis: quia
nunquam noui uos: discedite a me, quia operamini iniquitatem. Math. Cap. 71 v. 22 y 23 [Nota
del autor].
11. La Retórica del Predicador por el Cardenal Agustín Valerio, traducida por el Abad Dino-
vart. París 1750 [Nota del autor].
12. En la vida de san Macario el joven se asegura que hizo penitencia seis meses por haber
muerto a una pulga [Nota del autor].
259