Page 209 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
maravedís en lugar de los 80 antiguos; que la equidad de los avalúos en los
aranceles son tan equitativos que admiran, como la gracia particular de un
tres por ciento de alcabala concedida a la carga que condujeron al Callao los
navíos del año de 779, y ascendió a 118,000 pesos, todo lo que por real orden
de 2 de febrero de dicho año recuerda su majestad para que no lo ponga en el
olvido la gratitud del comercio; que el seis por ciento gravoso sólo a los efectos
del país no era establecimiento mío, que el señor Guirior lo había puesto en
ejecución de orden del rey; que yo no había alterado ni innovado en derecho
alguno, limitándome únicamente a la claridad de la cuenta y razón de las ofi-
cinas y a impedir el contrabando.
Que si algún derecho nuevo habría era el que el señor Guirior había in-
terpuesto del doce un medio por ciento en los aguardientes; y un tres cuartos
por ciento en la plata; y un medio por ciento en el oro que se extraía de estos
puertos para pagar los intereses del millón y medio que prestó el Consulado
que es el que lo cobra, que no había querido desairar la memoria del señor
Guirior separando de las plazas de oficiales a los sujetos a quienes había nom-
brado, siendo así que el rey me lo mandaba, y que para emplearlos se habían
pospuesto a sujetos de mayor mérito, violentando a los contadores mayores
con amenazas e improperios en algunos de ellos para que los consultasen; que
habría acomodado en rentas a todos los familiares del señor Guirior que dejó
separados en su partida.
Finalmente que lo había obsequiado y cortejado con todo lo que no se
oponía al servicio del rey.
(Cap. 95).— Asimismo les hacía solicitar que volviesen la atención al
modo indecoroso con que hablaba del Ministerio de Indias y todos sus mi-
nistros; al despotismo con que se manejaba en los negocios de hacienda sin
mi consulta y aun contra mi dictamen; al poco reparo con que perjudicaba
al comercio, concediendo licencias para ir con título de corso a la otra costa
dando grandes generalas a los oficiales, siendo así que ni los navíos llevaban
un cañón, ni había allí enemigos, ni era posible que los hubiese. Si vuestra
señoría quisiese tomar luz del desorden con que se concedieron y manejaron
estas expediciones, y los perjuicios que, con el viaje del Aguila ha recibido la
real Hacienda, podrán pedir los expedientes e incluyo copia de la real orden
relativa al Zapayo y Favorita número 6.
(Cap. 96).— Con todo, el clamor seguía. Desde Chile, desde Buenos
Aires, se esperaba la vuelta del señor Guirior ya que, se decía, que el rey había
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