Page 596 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-6
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Volumen 6
Anexos de 1820-1825
puesto en escape, llantos, ayes, y gemidos de las espirantes victimas resuenan
en el campo, y los ojos mas perspicaces no pueden descubrir ecsactamente la
multitud de cadáveres amontonados en su superficie, cual si fuera un horroro-
so sementerio. ¡Que consuelo Católicos! ¡Que nueba luz! ¡Que dia tan glorioso
para la Patria!
¿Quien pudiera persuadirse si no la hubiera visto que antes de finalizar
el año 24 habia de aparecer el Perú con aspecto tan nuebo y faborable, desnu-
dandose milagrosamente, cuando menos se esperaba de sus humillantes cade-
nas para vestir los brillantes ropajes de la libertad Americana? ¡Desaparecie-
ron rapidamente los monstruos de crueldad, y un radiante sol ilumina nuestro
emisferio! Ya, dirán los padres a sus hijos ya sois felices, y vuestros dias serán
mas dulces que los de vuestros padres. Hemos sufrido grandes calamidades:
Vosotros disfrutareis de la abundancia y prosperidad, por que franqueadas las
puertas del comercio sin que el despotismo pueda serrarlas jirareis por todas
partes con la verdad en la mano, y la equidad será vuestra inseparable com-
pañera. Vuestras personas y propiedades no seran de hoy mas atropelladas, y
vuestras buenas obras serán reconocidas por el premio, sin que la negra hipo-
crecia pueda estorbarlo: no usurpará esta en lo sucesibo la silla de la virtud,
ni la mentirá la de la verdad: la injusticia y despotismo en los que mandan,
la lisonja, y abyeccion en los que obedecen desapareceran undiendose en la
sima de su propia confucion. Desde hoy podemos discurrir como racionales,
ordenar nuestras ideas, y espresarlas á la fas de todo el mundo, libres del terror
pánico, que hasta ahora las há arredrado, y envilecido. Asi debeis animar á
vuestros hijos tiernos padres, é inspirarles las justas ideas de nuestra Indepen-
dencia alimentando con ellas sus sanos intentos, y robusteciendo su inosencia.
Entre tanto no olvidéis las animas de vuestros Libertadores que por conservar
la inmunidad de vuestros derechos descansan en la rejion de la eternidad, des-
pues de haber coronado sus sacrificios. Este recuerdo os hará derramar ante el
trono del eterno las mas ferborosas preses para que use de misericordia, borre
los bestijios del pecado, y les perdone las reliquias de la humana frajilidad. De
otra suerte. ¿No sellaría nuestro corazon el ignominioso cuño de la ingratitud
é injusticia si con sus cenizas sepultáramos su memoria? Para no incurrir en
tan horrendo delito. Ten en consideración ó Israel á los que heridos murieron
por tu libertad en los campos de Junin. Considera Israel etcetera.
Tiempo es ya de distraer vuestra imaginacion tributando un monu-
mento de amor á nuestros esclarecidos aliados, á quienes debe la Patria nuebos
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