Page 453 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    En dicho día, mes y año, yo el escribano hice la citación al doctor don
            Antonio Felipe de Tapia, abogado de la Real Audiencia de Lima y solicitador
            fiscal nombrado en la causa, en su persona, de que doy fé. Enmendado; a vale.


                    Palacios
               (media firma y rúbrica)

                    Y luego, incontinenti, yo el escribano leí y notifiqué el contenido del
            decreto anterior a don Gregorio Tinoco y Loayza, procurador del número de
            esta ciudad, en su persona, y de ello doy fé.


                    Palacios
               (media firma y rúbrica)


            (Al margen: 1
                    testigo
                    Manuel Galleguillos)


                    En la ciudad del Cuzco, en diez y nueve de Junio de /.817 mil setecien-
            tos ochenta y un años, don Gregorio Tinoco, procurador nombrado al reo de
            esta causa, por parte de éste señaló por uno de sus testigos a Manuel Galle-
            guillos, preso en este cuartel de quien yo el escribano, en uso de la comisión,
            le recibí su juramento que lo hizo a Dios Nuestro Señor y a una señal de cruz
            según forma de derecho so cuyo cargo prometió decir verdad en lo que supie-
            re y fuere preguntado, y habiéndolo sido por tenor del interrogatorio incerto
            en el escrito de fojas (en blanco), declaró en la manera siguiente:
                    A la  primera  pregunta  dijo: que  es cierto que el  traidor  José Tupa
            Amaro, desde que ahorcó al corregidor de la provincia de Tinta, tuvo a su
            disposición muchas armas y multitud de indios que ciegamente ejecutaban
            sus órdenes, y se hizo muy temible de todos, lo que sabe con motivo de haber
            sido uno de los que con violencia hizo prisioneros suyos, y responde.
                    A la segunda, dijo que es verdad que dicho rebelde, viéndose con tan-
            tas fuerzas de armas y gente indiada, procuró ir convocando y apresando a
            cuantos españoles había en aquella provincia y se le ofrecía a la imaginación
            en otras partes, por medio de sus cartas engañosas y comisiones, como por fir-
            mas fingidas de dicho corregidor por los términos del rigor y pena de la vida



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