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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
cendiándola y que se lo oyeron decir Don Juan Antonio de Figueroa y otro
que se halló presente en la conversación: Por tanto debía de mandar y mando
que a continuación de este auto se reciba información sumaria con los conte-
nidos para que declaren bajo de juramento, lo que saben y les consta expre-
sando el nombre del que fue autor de lo referido y por qué se dejó de efectuar
su consejo, para que en su virtud se proceda contra él, como hubiere lugar en
derecho. Y así lo proveyó y firmó de que doy fe.
Doctor Francisco Javier de Olleta y Valenzuela
(rubricado)
Ante mi
Tomás de Villavicencio
Escribano de Su Majestad y Público
(rubricado)
(Al margen: Declaración de Don Juan Antonio Figueroa}.
Incontinenti en dicho día, mes y año, ante el Señor Alcalde, Juez de
esta causa, compareció Don Juan Antonio Figueroa, de quien por ante mi el
presente Escribano le recibió juramento que lo hizo por Dios Nuestro Señor
y una señal de cruz, según forma de derecho, so cuyo cargo prometió de-
cir verdad, de lo que supiese y fuese preguntado.Y siéndolo al tenor del auto
cabeza de proceso, dijo que estando en el campo de Ocororo el declarante,
como prisionero del rebelde Josef Tupa Amaro, condoliéndose de la aflicción
en que se hallaba Don Bernardo de la Madrid, desde que en Tungasuca dió y
pronunció contra él, dicho rebelde, sentencia de muerte de horca, deseoso de
que se libertase su persona y también de librar la suya, el declarante le insi-
nuó a que ambos se salieran prófugos y como no halló medio oportuno, en la
conversación que tuvo con el citado rebelde, le propuso que enviase a dicho
Don Bernardo la Madrid, por emisario o embajador al ilustre Cabildo de esta
dicha ciudad y que él practicaría bien el oficio, a lo que se movió el declarante
con el piadoso fin de que escapase dicho la Madrid. Que accedió al propósito
del declarante Tupa Amaro y llamó a Esteban Escarcena, para que escribiese
la embajada y este oyendo lo que decía Tupa Amaro le aconsejó no hiciese tal
embajada, diciéndole que era tiempo perdido, que debía entrar a esta ciudad
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