Page 697 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            co Molina no levantó armas, ni mató a persona alguna, ni cargaba más armas,
            que las pistolas de su uso, por cuya razón el rebelde lo sonrojaba, teniéndolo
            por un inútil y responde.
                    8a     A la octava dijo, que le consta al declarante, que aunque el re-
            belde le dió comisión a Don Francisco Molina, para que administrase justicia
            en el pueblo de Sicuani, mientras iba a la expedición de Paucartambo, no ejer-
            ció tal ministerio. Y antes trató con el declarante y muchos hombres españoles
            y los once caciques de Sicuani, unirse entre todos y matarlo al rebelde, por lo
            que, para con aquel se interpuso Molina, a fin de que el declarante no le siguie-
            ra a Paucartambo y responde.
                    9a     A la novena dijo, que es público y notorio, que el rebelde se
            desveló en guardar los caminos, con órdenes muy estríctas a los indios cen-
            tinelas, de suerte que cuando se les presentaba cualquier sujeto sin pase del
            rebelde o lo mataban y le llevaban la cabeza o lo llevaban prisionero a su pre-
            sencia y responde.
            /.38    10a    A la décima dijo, que ignora en el todo el contenido de esta
            pregunta y responde.
                    11a    A la pregunta once dijo, que es muy cierto y le consta de posi-
            tivo al declarante que Diego Tupa Amaro ejecutó la prisión de Don Francisco
            Cisneros, a quien lo condujo con un par de grillos a la presencia de José y
            responde.
                    12a    A la pregunta duodécima dijo, que es público y notorio, que el
            rebelde cargado de prisiones mantuvo a Don Francisco Cisneros en un cala-
            bozo de su casa de Tungasuca, con la sentencia de muerte, lo que no se verificó
            por los ruegos que se le hicieron para el perdón de su vida y responde.
                    13a    A la décima tercera dijo, que igualmente es público y notorio,
            que los indios le clamaban al rebelde, pidiéndole a Don Francisco Cisneros,
            para quitarle la vida, incándose de rodillas y proponiéndole que como en esto
            les diese gusto, más que no les diese sueldo; y el rebelde les contentaba di-
            ciendo, que lo tenía preso para ahorcarlo, que era mejor y no el matarlo sin
            confesión y responde.
                    14a    A la décima cuarta dijo, que oyó decir a varios sujetos sobre la
            verdad de esta pregunta y responde.
                    15a    A la décima quinta dijo, que el único medio que tuvo Cisne-
            ros para preservar su vida, fue el darle gusto al rebelde, en notar las cartas y
            edictos que le ordenaba, porque de no, lo hubiera mandado inmediatamente



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