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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Pásense estos autos al muy ilustre señor visitador general para que de-
termine lo que fuera de su superior agrado, uniéndose antes a ellos, las dili-
gencias practicadas sobre la sublevación de prisiones que ha intentado el vil
traidor Tupa Amaro, y palabras que decía a los indios para que entrasen sin
temor en las batallas contra los españoles y bandos publicados.
(rúbrica de Benito de la Mata Linares)
Manuel Espinavete López
(firmado)
(Al margen: rúbrica de Tomás Gamarra).
[Bando expedido por el Visitador Areche para devolución de especies
de la casa de Túpac Amaru. Abril 27, 1781].
Don José Antonio de Areche, caballero de la real distinguida orden de
Carlos tercero, del consejo de su majestad en el Supremo de Indias, subdelega-
do de la real renta del tabaco, superintendente de la real hacienda, intendente
de ejército y visitador general de los tribunales de justicia, cajas y ramos de la
real hacienda de este reino del Perú, el de Chile y provincias del Río de la Pla-
ta, y al propio tiempo subdelegado con todas las facultades del excelentísimo
señor virrey para los asuntos de la presente rebelión. Por cuanto en los inven-
tarios que se están haciendo en las dos casas que habitaba el vil traidor José
Gabriel Tupa Amaro y su larga familia en los pueblos de Tinta y Tungasuca,
y también en las que fueron arrestados, se nota que según las declaraciones
de éstos y algunas personas fidedignas, se substrajeron muchas piezas de oro,
plata, diamantes, perlas, papeles, ropas en tela y hechas y otras cosas de valor
que robaron este inicuo y los suyos en varios templos, casas, obrajes, hacien-
das y caminos a algunos particulares, a quienes dejan casi del todo pobres, y
que esta substracción, ocultación y segundo robo de las indicadas prendas se
cometió en el día más recomendable y feliz, cual fue el de las prisiones de los
principales rebeldes, que abandonaron unas y conducían las demás consigo,
creyendo poder huir de nuestras tropas, en los momentos en que no fue fácil
por tal causa a sus respectivos jefes ni al señor general de ellas, contener esta
iniquidad excecrable, como se llevó su primera atención el arresto consegui-
do, haciendo esta circunstancia, o esta concurrencia de acciones, más·exce-
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