Page 172 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
                                                         Causas criminales seguidas contra los rebeldes
            a Tungasuca, donde el corregidor le llamó para que le entregase la plata de
            reparto y tributos, y diciendo no la tenía, le dijo el corregidor que si no se le
            entregaba dentro de tres días lo había de quitar el cacicazgo, y aún lo había de
            ahorcar, y entonces ya con mala intención, premeditando lo que hizo, le pidió
            de término doce días, ofreciéndole pagar hasta el último real; cuya intención,
            aunque remota, ya había tenido cuando siendo corregidor del Cuzco Castilla,
            le había presentado un escrito, y no dándole providencia en más de tres meses
            estaba aburrido.
                    Pregúntesele qué fue lo que pensó entonces, con quién lo comunicó,
            qué le aconsejaron, qué medios tomó, por qué pasó todo este tiempo sin po-
            ner en ejecución su pensamiento, qué se lo impidió; y dijo, que lo que pensó
            entonces fue hacer en Tungasuca una casa grande para encerrar allí a los co-
            rregidores, echar la voz de que había encontrado un cubierto de oro, avisar al
            corregidor, quien con esto vendría, y entonces prenderlo haciéndole escribir
            cartas para que llamase a los demás corregidores y juntos entonces, dar cuenta
            al virrey; que este pensamiento no lo ha comunicado con (Al margen: Mon-
            tiel) nadie sino con don Miguel Montiel en Lima, a quien habiéndole manifes-
            tado este pensamiento, le dijo Montiel mejor era practicarlo en el Cuzco con el
            corregidor y alcaldes, y el confesante le contestó diciendo era meter aquí más
            bulla; que por consiguiente nadie le ha aconsejado, y pasó todo este tiempo
            porque bajó a Lima a alcanzar justicia, y cuando volvió a su provincia halló de
            justicia mayor a don Vicente Mendieta, con quien se llevó bien, y suspendió
            la ejecución de su pensamiento hasta que se vió maltratado por Arriaga, y
            responde.
                    Preguntósele qué fue lo que pensó más, despues de los malos trata-
            mientos de su corregidor Arriaga; responde que nada más que juntarlos y
            traerlos al Cuzco a encerrarlos al Colegio que fue de los expatriados.
                    Hízosele cargo cómo comprendía ser tan fácil coger a los corregido-
            res y traerlos al Cuzco, cuando este mismo hecho era causa de alborotar las
            provincias, quitándole sus cabezas, siendo regular hubiese en ellas quien las
            defendiese y en el Cuzco no era regular le admitiesen trayendo semejantes
            presos quien no tenía autoridad, o sino indica tenía seguridad de que le reci-
            birían y de que las provincias le obedecerían mucho cuando habiéndolo pro-
            puesto Montiel lo ejecutare en el Cuzco, le respondió el confesante era alboro-
            tar y perder la cosa, además de la inconsecuencia que trae el que un hombre
            solo pueda ejecutar, sin auxilio, la prisión de los corregidores, y el que en el



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