Page 176 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
un sobrino del cura de Sicuani trajo también carteles e ignora su nombre.
Hízosele presente una copia de la carta escrita por el escribano José
Palacios que está en los autos seguidos a éste por ella y de que se pondrá en
estos un tanto, y dice ser la misma que le escribió.
Preguntósele por qué llama primos a los Ugarte y a Palacios; responde que
a aquellos por saber descendían de los incas y a éste por ser pariente de su mujer.
(Al margen: Ugartes, Palacios).
Preguntósele si cuando el confesante solía venir antes a la ciudad del
Cuzco iba a pasar a casa de los Ugarte; y dice que nunca pasó en casa de los
Ugarte ni estos le han tratado de pariente; pero con Palacios siempre, desde
que está casado, se ha tratado de primo y pasaba cuando venía al Cuzco en
casa de la madre de dicho Palacios.
(Al margen: Montiel, Aparicio, Ortigoza, Verdejo, Banda, Escárcena, Galle-
guillos, Cisneros, Molina).
Preguntósele quiénes han sido sus confidentes antes y después del al-
zamiento, quiénes le han ayudado con consejos, gente, armas, plata y de otro
cualquier modo; y responde que antes solo lo fue Montiel, después del alza-
miento a Lucas Aparicio que dice está en Potosí, mayordomo de un trapiche,
a su mujer, a Diego su primo; que los escribientes suyos, antes, fueron Diego
Ortigoza y Diego Verdejo pero no les comunicó nada, después lo fueron Ma-
riano Banda, Esteban Escárcena, Felipe Bermúdez, Manuel Galleguillos, de
los que ninguno tenía más confianza sino que todos manejaban igualmente
los papeles, y en Tinta Cisneros dictaba cartas y comisiones y aún éste le dijo
le ayudaba porque veía no iba contra Dios ni la religión, que Molina cuando el
confesante trajo cuarenta y ocho mozos de Sangarará y los quiso dar libertad,
dicho Molina lo impidió diciendo debían estar presos, y ambos le dijeron al
confesante en la pampa de Ocororo, cuando se volvía de Piccho para Tunga-
suca, que para qué se volvía llevando tanta gente, que parase allí y volviese a
entrar a la ciudad. (Al margen: Maruri). Que el cura de Asillo don José Maruri
le ofreció enviar gente, y efectivamente se la envió, y cuando pasó por su casa
lo cortejó al confesante, lo salió a recibir, lo llevó a la iglesia le dió agua bendita
y descubrió a Nuestro Amo llevándole después a comer a su casa; (Al margen:
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