Page 174 - La Rebelión de Túpac Amaru II - Vol-6
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Volumen 6
Causas criminales seguidas contra los rebeldes
acreedor al marquesado de Urubamba, pero que esto es notorio y consta por
sus títulos, pero de renta en cajas reales nada le dijo.
(Al margen: Antonio Oblitas) (más abajo: [rúbrica de Manuel Espinavete López]).
Preguntósele si prendió a su corregidor Arriaga, cuánto tiempo lo tuvo
preso, si lo mandó a ahorcar, si efectivamente lo ahorcó, quiénes le auxiliaron,
por qué lo ahorcó, cómo convocó la gente, y con qué fin, con quien comunicó
esto; y responde es cierto lo prendió, y que después de seis días de preso lo
mandó ahorcar, y ahorcó un Mulato Antonio y le ayudaron a bien morir el
cura de Pampamarca don Antonio López de Sosa, don Ildefonso Bejarano
ayudante de Pampamarca y don Clemente ayudante de Yanaoca; que lo ahor-
có porque habiéndole llevado varias cartas a firmar a Arriaga para llamar a los
corregidores, no queriéndolas firmar contempló ya preciso matarlo, viendo
frustradas sus ideas; que la gente la convocó con cartas fingidas, escritas y
firmadas por Felipe Bermúdez, con el fin de ahorcar al corregidor y salir luego
por las provincias a tarjado: hacer lo mismo con prender los demás corregido-
res, y que este pensamiento solo lo comunicó con su mujer y su primo Diego.
Preguntósele por qué dió al corregidor muerte de horca, que es tan
ignominiosa, y no lo hizo matar de otro modo; responde que porque tuviera
tiempo de confesarse; y haciéndole cargo como tuvo corazón para habiéndose
caído Arriaga de la horca hacerlo volver a amarrar; solo se disculpa con que
son muchos los perjuicios que causan los corregidores.
Preguntósele si los curas no le hicieron algunas reconvenciones sobre
el atentado que iba a cometer; responde que le preguntaron por qué lo hacía,
y habiéndoles dicho que tenía cédula del rey callaron, solo el de Pampamarca
le preguntó por la cédula, y respondió la había enviado a la tierra arriba.
Repreguntósele cómo dice no tuvo otra intención sino de prender a
Arriaga y con su firma hacer venir a los demás corregidores, y que lo mató por-
que no quiso firmar, cuando con la firma fingida de Bermúdez podía conseguir
su intención, pues se verificó con las que éste escribió llamando a los dependien-
tes de Arriaga y la gente de la provincia, y era regular que cuando en la firma se
engañaban sus mismos criados no lo advirtiesen quienes no la conocían tanto;
y responde que desconfió, como eran tantos, que se descubriese.
Preguntósele a quiénes ha escrito cartas antes de este alzamiento sobre
él, si le han contestado y qué, si después de haber muerto a Arriaga ha tenido (Al
margen: Mariano Barrera, Miguel Montiel, Ugartes, Palacios) correspondencia
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