Page 604 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
            obligacion.— Nuestro Señor guarde a Usia Ylustrisima muchos años. Lima
            catorce de junio de mil setecientos ochenta y dos.— Ylustrisimo señor.— Besa
            la mano de Usia Ylustrisima su mas atento y seguro servidor. Agustin de Jau-
            regui.Ylustrisimo Señor Obispo del Cuzco.
                    Entre renglones: mas: Vale.
                    Es conforme al original de su contexto.

                    Juan Manuel Obispo del Cuzco (Rubricado).


                    (Al margen: Copia de la Pastoral a Diego Tupa Amaro para que resti-
            tuiese los caudales robados en el tiempo de la rebelion).
                    Querido hijo Diego Cristoval Tupamaro. Como el fin que he llellevado
            al llamaros con tan amorosas incesantes y eficaces instancias a la ovediencia
            del Soberano, no solo ha sido salvar vuestra vida temporal y la de toda esa fa-
            milia, sino la eterna que es el termino de la conducta christiana, no seso de
            continuar mis pastorales silvos hasta poner en toda su perfeccion la gran obra
            de vuestra penitencia que ya veo en sus mejores progresos, admirandola como
            una de las mas prodigiosas que ha salido de la mano del Todopoderoso. El
            solo domina los corazones y suya es la gloria que haveis conseguido, alegran-
            do el cielo y la tierra, con vuestra christiana y debida sujecion a la potestad de
            nuestro legitimo soberano, siendo el presente digno de ser servido por supre-
            mo dueño y por amable, mas que quantos dominan hoy en el mundo y han
            dominado en la monarquia catolica.— Mis fatigas ya logradas y mis desvelos
            continuos por vuestra felicidad me esperan mayores y mas sazonados frutos
            de vuestra calidad. Poco me serviria haceros dichoso despues de tantos ries-
            gos en que os puso la seduccion de vuestro difunto hermano si este gran bien
            no se dirigiese a la justificacion de vuestra alma. Este es el fin de toda la ley o
            su cumplimiento. El Rey deve ser ovedecido y reconocido por Señor porque
            Dios lo manda, siendo en ello servido y esto es lo que devemos hacer, pues assi
            solo se merece la salvacion; pero es preciso advertir que la plana de todos los
            preceptos, es indivisible para con Dios; quiero decir, que no hasta cumplir al-
            gunos o los mas para satisfacer la conciencia, porque un solo mandamiento
            que se quebrante sierra la entrada en el reyno de los cielos y es como si todos
            se violasen o que nos hiciesemos reos por entero.— Por esto hijo mio hablan-
            doos con la pureza que haveis palpado en mi desde que tratamos, con el mo-
            tivo de vuestra reduccion os digo abiertamente, que assi para cumplir con



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