Page 602 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
                                                           La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
            soga que arrastra?.— Ygualmente hago presente a Vuecelencia que a princi-
            pios de enero ultimo pasado, ví entrar a dicho pueblo de Azangaro y casa del
            expresado Diego Tupa Amaro cinco o seis mulas cargadas de petacas y zurro-
            nes sacadas del cerro que tenia depositado en dicho Sandia las que conduxo
            un mulato llamado Marcos al parecer esclavo de Doña Francisca Julca vecina
            ésta de Ayaviri sin que hubiese visto, ni comprehendido el destino que dio a
            este caudal el expresado Tupa Amaro.— Tambien participo a Vuecelencia que
            pocos dias antes del veinte y uno de enero en que salimos para dicho Siquani,
            me llamó el enunciado Tupa Amaro y me dixo estas palabras: Ya no me ha
            quedado cosa de sustancia con que poder obsequiar a usted en estas petacas
            ya no hay nada aprobechese usted de estas cortas piezas de plata labrada. Us-
            ted me acompañará hasta Siquani y segun vea las cosas usted retrocederá atras
            en alcance de mi mujer y esta le entregará a usted en Santa Rosa una petaca de
            plata labrada pues he mandado a Sandia a que me trayga el mulato algunas
            cargas del caudal que tengo alla. Y en efecto me ví precisado a recivir unas
            inservibles piezas con peso de cinco marcos que quedan por aora en mi poder
            y a la disposicion de Vuecelencia o de la persona que fuere de su mayor agrado
            sin que a mi poder hubiese entrado otra cosa, por que bien sé yo que no ha
            podido el expresado revelde hacer de estas, ni de ningunas alajas una dona-
            cion gratuita, pues que qualesquiera efectos que se hallan en su poder o en el
            ageno distribuidas de su atrebida mano son el fruto criminal del robo violento
            con que ha saqueado la flor del reyno.— Estos son Señor los hechos que yo he
            presenciado y estoy pronto a justificarlos; ellos son de notoriedad publica.
            Quantos han tenido la dura infelicidad de ser compañeros de mi prision lo
            han palpado todo y de lo expuesto estoy cierto se le ha dado para el señor
            Ynspector por un sugeto cautibo que de antemano le llevo la pluma a dicho
            Tupa Amaro llamado Fermin Bustios y Oblitas el qual me consta que desde
            Siquani, lo remitio dicho señor Ynspector al coronel Don Gabriel de Abiles
            con orden expresa de que no hablase con nadie y con la correspondiente segu-
            ridad lo que asi se practicó.— Todo lo expuesto en esta mi representacion me
            ha parecido ser de mi obligacion y para en descargo de mi conciencia partici-
            parselo a Vuecelencia a fin de que seguro de esta mi verdad le sirva de govier-
            no y pueda en su vista tomar aquellas acortadas providencias que tanto se
            necesitan en el dia para el logro de la paz y quietud de estos reynos y sobre
            todo Vuecelencia como que representa la real persona de nuestro amado So-
            verano resolverá aquello que fuere de su mayor agrado.— Nuestro Señor guarde



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