Page 578 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 5
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Volumen 5
La defensa del obispo Moscoso: Cargo 14º
nada se le oculta, que por lo que a mi respecta, merezco de las Divinas Mise-
ricordias la conformidad christiana y es mi animo sufrir sin ofender, pues
tengo presente la ley real que previene, no debe ser feridor el Prelado.— Asi
concluyo, implorando el auxilio de Usia y pidiendole por este oficio, que para
detener el impetu de las voces, que han sido materia de esta representacion, se
sirva mandar por un auto, que se publique a voz de pregon, no se atrevan en
adelante a infamar en conversaciones publicas o privadas, ni en cartas o libe-
los al estado eclesiastico y que los que fueren sabedores del crimen de algun
clerigo sobre articulos de sublevacion, pongan la denuncia o acusasion en for-
ma ante Usia, que por mi pasaré tambien a explicar la potestad espiritual que
tengo para cortar en virtud de las censuras los abusos que son pecados morta-
les con la circunstancia del escandalo.— Creo, que Usia condescenderá a mi
suplica, obrando con la benignidad y justicia que acostumbra, dandome licen-
cia para proceder a lo que me obliga la ley. Usia es un rico deposito de todas
las comunes y municipales del reyno pero se dignará de acceder a mi devil
modo de pensar y escrivir, permitiendome que transcriba la real de partida, en
que la potestad suprema ordenó la forma en que deben ser respetados los ecle-
siasticos y castigados por las jurisdicciones real y eclesiastica los infractores de
santa disposicion. Honrar y guardar deben mucho (dice) los legos a los cleri-
gos, cada uno segun su orden y la dignidad que tiene. Lo uno por que son
medianeros entre Dios y ellos. Lo otro por que honrandolos honran a la santa
Yglesia cuyos servidores son y honran la fé de Nuestro Señor Jesuchristo, que
es cabeza de ellos, porque son llamados christianos. Y esta honra y esta guarda
debe ser hecha en tres maneras, en dicho, en hecho y en consejo. Porque en
dicho no los deben maltratar, ni disfamar, ni en hecho matar, ni herir, ni des-
honrar prendiendolos, ni tomandoles lo suyo, ni otro si en consejo aconsejan-
do a otro que les haga estas cosas sobredichas; por donde qualquiera que con-
tra esto hiciese fuera de la pena que merece haver, segun manda la santa
Yglesia, debesela dar el Rey, segun su arbitrio con atencion al hierro, al autor
de él, a la persona ofendida y al tiempo y lugar en que lo fue.— Despues de
tanta confianza, solo me resta reproducir mis respectuosos afectos a Usia, pi-
diendo a Nuestro Señor le guarde muchos años.— Cuzco y mayo siete de mil
setecientos ochenta y uno.— Besa la mano de Usia su mas atento servidor y
seguro capellan.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.— Mui Ylustre Señor Visi-
tador General Don Josef Antonio de Areche.
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