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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
y lo ha representado el Promotor Fiscal, pidiendo remedio en lo que parece
procede conforme a razon y ley; por que si qualquiera que desprecia su fama
que vale mas que todos los tesoros se llama cruel por una regla tomada del
Derecho por motivos mas relevantes estará obligado el Prelado a mantener en
la pureza posible la reputacion de su gremio de subditos, mayormente quando
se le toca en los puntos mas sensibles, como son los de obediencia profunda y
fidelidad al Soberano, por que asi como en ellos no admite mi respeto al real
trono parvidad de materia, tampoco puedo sufrir injuria leve contra mi clero,
que no me parezca revestida de la mayor y enorme gravedad. Tal es el concep-
to que tengo formado de la sumision que demanda la soberania y del honor
con que debe tratarse en orden a ella qualquier individuo de la Yglesia. En lo
demas articulos en que fuesemos calumniados, acaso no bastara para el con-
suelo el testimonio de la buena conciencia, pero en estos abremos hecho poco
en derramar la sangre para probar que no hemos ofendido a nuestro Rey, Se-
ñor esa impia garrulidad de algunos licenciosos ha sido mirada en todas las
republicas bien ordenadas como cierta especie de peste civil, cuyas causas de-
ben exterminarse y salir con ignominia del Mundo, para que sean respetadas
las potestades, estados y personas que lo merecen, de lo contrario se veran
disensiones frequentes entre los injustos murmuradores y los ofendidos, quie-
nes mirando la proteccion de su honor, como permitida por todos derechos,
intentaran promoverla. No havrá sagrado seguro de sacrilegas invectivas; ni
los magistrados mas venerables tendran aquella inmunidad que les funda su
caracter y finalmente la critica del vulgo, que solo ha tenido jurisdiccion en los
rincones de las casas se atreverá a erigir su tribunal en medio de las plazas para
condenar en las causas de mas consideracion a los sugetos mas bien reputados
como ya lo esperimentamos en las actuales circunstancias.— No ignoro que
en esta parte asi va la corriente del siglo que por lo comun juzga de las accio-
nes agenas sin autoridad, sin integridad y sin conocimiento de causa; pero
tambien sé que hoy mas que en otros tiempos y con especialidad en estas
Americas grasa este vicio (como en prueva de ello hice presente a Usia alguna
vez, el concepto que sobre este punto tenia formado el Excelentisimo Señor
Don Manuel de Amat, escribiendo al señor obispo de Arequipa Don Diego
Salguero) sin que los culpados se reformen a las reconvenciones de la concien-
cia si todavia las sienten; ellos debian advertir, que ningun otro pecado pone a
los hombres mas cercanos a la impenitencia final que la detraccion por que es
un dogma de fé, que ella no se remitirá menos que se cante la palinodia y esto
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